domingo, 27 de octubre de 2013

Speed Dating

Este fin de semana me propuse hacer algo diferente. Llevo mucho tiempo viendo numerosas películas en las que aparecen una serie de eventos para conocer gente de una forma muy curiosa, el denominado Speed Dating. Consiste en unas citas rápidas de 7 minutos en las cuales vas conociendo personas que se sientan en una pequeña mesa y tras un brevísimo diálogo entre ambos debes decidir si te gusta o no.
Llevaba mirándolo un tiempo para encontrar una web fiable para ir acompañada de una amiga. Lo primero que encontré por internet era un detalle que me llamó la atención y es un poco la "discriminación" con la que se trata a hombres y mujeres en este tema. Los precios de estos eventos oscilan entre los 20 y los 25€ para ellos y en el caso de mujeres te dan la opción del 2 x 1 para ir acompañada de alguna amiga. Obviamente lo haces, puesto que te sale a mitad de precio y encima te pasas unas risas comentando lo sucedido.
Coincidió que este fin de semana mi amiga y yo no teníamos planes y había un evento en el que podíamos encajar. Suelen dividirse por edades. Al que nos apuntamos iba de 30 a 40 años. Yo hubiera preferido algo menos ya que lo primero que piensas es que se te van a presentar un montón de casi cuarentones divorciados y tú con 30 añitos como que no encajas mucho, pero lo cierto es que para reír siempre es buen momento. Y eso hice. Cogí un pequeño bolso de viaje y el viernes por la mañana me dirigí a Madrid a pasar el día. El speed dating era a las 9 de la noche. Nos mandaron un email el día anterior para confirmarnos la velada y que fuésemos puntuales.
Lo cierto es que mi viernes fue un día muy movido, quedar con una amiga nada mas llegar a la capital, luego ir a casa de unos amigos a comer un arrós amb costra delicioso, tomar café en una cita a ciegas y por la tarde una hora para arreglarme e ir corriendo al sitio de las citas con mi amiga.
No me dio tiempo a pensar en nada, a crearme una estrategia sobre qué debía preguntar o cómo debía mostrarme, pensé que lo mejor sería hacerlo sobre la marcha y según le viese la cara a los participantes del evento pues actuar. El local está bastante bien situado, en una de las plazas mas famosas de la capital y cerca de zonas de marcha.


Me quedé con mi amiga durante un rato en la puerta viendo pasar a los supuestos "pretendientes" para hacernos una idea del percal que tendríamos una vez dentro. También vimos chicas que iban solas y estaban esperando a que llegase la hora para entrar. Nos habían indicado en el mail que los chicos debían quedarse en la barra del bar y las chicas teníamos que entrar hasta el fondo de la sala. Y así hicimos. Eran las nueve de la noche y mi amiga y yo éramos las únicas chicas que estábamos allí. Mas tarde empezaron a llegar poco a poco. Me llamó la atención que no nos pidieran el DNI ni nada, quizás eso fue algo que eché de menos porque debido a esa falta de control cualquiera podría mentir y atribuirse una edad que no era la del evento.
Al entrar me fijé en la decoración, varias fotografías simulando cuadros todos ellos de Da Vinci, destacando el de la Gioconda que hace referencia al nombre del lugar. Una sala tenue con pequeñas mesas, en todas ellas una vela y un número. El organizador nos informó que las chicas podíamos elegir el sitio y eran ellos los que iban rotando. Nos dio una carpetilla con nuestro pseudónimo, en ella había una pegatina que debíamos colocarnos en la ropa y una tarjeta donde podíamos anotar las características, el nombre y sobre todo si nos gustaba o no.


No se por qué elegí el 8, mi número favorito siempre ha sido el 5 pero quizás por la posición de la mesa o por lo que fuese, escogí ese número, justo delante de mi amiga que tenía el 7. Los primeros instantes estás nerviosa, no sabes qué vas a decir o preguntar, incluso a quién vas a encontrar, pero estaba claro que había ido a pasarme un rato agradable y el resto ya se iría viendo.
Entonces fueron pasando los chicos, sin un orden establecido, cada cual escogía a su "víctima" y empezaba el juego. Yo creo que tuve suerte. El primer chico que se sentó conmigo parecía muy agradable, mi primera impresión fue bastante grata, de hecho yo le preguntaba y él hablaba por los codos. La diferencia de edad también era importante, algo mas de 7 años, historias pasadas muy diferentes, demasiado serio o formal quizás, pero varios puntos a su favor, inteligente y con un gusto por la lectura y la cultura en general que para mi es difícil de encontrar. Aficiones tales como ir al teatro un fin de semana, visitar un museo, leer... esas que hoy en día tanto escasean entre los jóvenes. Tomé nota de muchas cosas en mi mente, también me llamó la atención que me hablase de una relación pasada. De hecho me impactó tanto que tuve que preguntarle cuánto tiempo hacía que lo habían dejado y para mi sorpresa esos escasos tres meses me inquietaron. Me da miedo que algo no esté lo suficientemente curado la verdad, mas que nada porque yo he tardado mucho tiempo y aun así hay cosas que aun se me resisten. Pero él parecía tenerlo muy claro. Hablamos de forma tranquila, estábamos a gusto y relajados, fue curioso. También me llamó la atención el que llevase una coca cola como bebida y no una cerveza como la mayoría de los participantes. Y de repente vi acercarse al organizador para hacer el "Gong" que nos obligaba a cambiar de pareja.


Y así le vi alejarse hacia otra mesa, anoté rápidamente en la cartulina lo que me había parecido y recibí al siguiente participante, un chico altísimo y muy simpático. Tenía algo interesante, quizás coincidíamos en los deportes, él era catalán y yo al ser culé pues me llamó la atención. Su 1,93 de estatura me decían que tendría que ver algo con el baloncesto, como así era.
Uno tras otro fueron pasando hasta un total de 11 chicos para 9 chicas. La verdad es que de todos se saca algo, quizás yo fui demasiado radical a la hora de seleccionar, había un chico con un brazo tatuado, no pude evitar fijarme y preguntarle. Me parecieron letras extrañas y le dije ¿eso es árabe? y su respuesta me conmocionó: es élfico. Claro, al oír eso me quedé pensando... ¿me estás diciendo que te has tatuado los nombres de toda tu familia en el idioma del señor de los anillos o qué? Lo cierto es que no me gustan los tatuajes en una persona, ni los pendientes, ni la barba, no soy de "malotes", nunca lo he sido y eso no creo que cambie mucho. Tampoco me gustó el que yo preguntase algo y el chico me diera mil vueltas sin contarme la verdad, si empiezas mintiendo a la simple pregunta de cuántos años tienes mal vamos. Hubo otro que nada mas sentarse no supe ni qué decirle, su forma de situarse y una mirada altiva desafiante me dejó impactada, la chulería tampoco va conmigo. Con ese estuve a punto de levantarme a dar yo misma al Gong porque los 7 minutos se me hicieron eternos. También me tocó otro que parecía el Justin Bieber versión gallega. Reconozco que hubo determinadas situaciones que sonreí muchísimo. También hubo otro que cuando se sentó a mi mesa lo primero que me dijo fue: "no te pienses que por llevar una cerveza en la mano me gusta beber..." Yo no pienso nada, le dije, cada cual ha elegido la bebida que quiere o mas le gusta. El último fue el más gracioso, nada mas sentarse me pareció como si pudiera ser mi padre, bajito, calvo, con gafitas y según él era funcionario. Tenía 41 y había ido de relleno, porque el organizador le avisó y no tenía ningún plan para ese viernes. De hecho me contó que ya había ido tres veces y que en ninguna había logrado encontrar ninguna chica, lo tenía demasiado asumido.
Tras casi dos horas de estar allí, terminé de anotar todo en la tarjeta y no me di cuenta que el organizador las estaba pidiendo para saber lo que habíamos elegido. Entonces me percaté del fallo que había cometido. No había puesto si o no, sino una serie de anotaciones rápidas para acordarme de los chicos y se me había olvidado lo importante. Esto implicaba que en medio minuto tenía que recordar todo e ir poniendo si o no en función de mis sensaciones y anotaciones. Me excedí en los si, pero supongo que daría igual, no creía que ninguno de ellos me diera su voto positivo osea que las coincidencias serían pocas.


Cuando estábamos recogiendo se me acercó el primer chico y estuvimos comentando un poco cómo había ido. Entonces sonreí y le pregunté ¿Te gusta el brócoli? no se muy bien la cara que puso pero me respondió que no era de sus favoritos pero que lo comía a veces. Me gustó su sonrisa y le dije: seguro que esta pregunta  no te la ha hecho nadie.
Finalmente el organizador nos comentó que ya tenía todas las tarjetas, al día siguiente cada uno tendríamos un email con las coincidencias y en tal caso nos pasarían a ambos la dirección de correo electrónico de cada uno y nos podríamos poner en contacto.
Sin embargo rompimos las normas. Cuando terminó el evento teníamos hambre, la idea de mi amiga y mia era quedar con otra amiga para ir a cenar y tomar algo, sin embargo un grupo de chicos nos dijo que si nos apetecía ir a cenar y decidimos que quizás no fuese mala idea. Yo no lo vi muy bien, me gusta respetar las normas y mantener esa tensión o espera, pero tampoco podría suceder nada malo. Asi que un grupo de los que allí estábamos nos separamos y fuimos a cenar a una terraza. No se muy bien cómo yo acabé lejos de mi amiga y cerca del primer chico con el que tuve la cita. Casualidades. También mi otra amiga que llegó mas tarde se sentó a mi lado. La cena transcurrió bien, hablamos de todo un poco y como me dijo el chico, en estos casos se podía conocer mas a las personas que no en las citas de 7 minutos. Tocamos diversos temas, mas serios o mas graciosos. Yo no quise darme mucho a conocer puesto que yo miraba al chico y le veía serio, súper educado cogiendo el tenedor y cuchillo para comerse la tosta de carne que pidió y yo ahí dando bocados y cogiéndola con la mano. La noche y el día vamos. En un par de comentarios se lo dije, que parecíamos muy diferentes. Sin embargo hubo algo que me gustó, me comentó que iba un poco nervioso y que cuando se sentó conmigo se sintió relajado y cómodo, como si me conociera o me pudiera contar cualquier cosa, que le inspiraba confianza. Eso para mi significó mucho la verdad.
A lo largo de la cena surgieron bromas, comentarios, amistades y enemistades, todo sea dicho. Porque el que no había soportado en las citas lo tenía justo enfrente y entre nosotros no es que hubiera cariño precisamente. El de baloncesto propuso la opción de crear un grupo de whatsapp para ponernos en contacto y hacernos amigos. Él había llegado hacía poco a la capital y quería conocer gente para salir a tomar algo, yo no quería dar mi teléfono. Todos los que allí había no tenían por qué saber mi teléfono si yo no los había elegido y además se estaba rompiendo lo bonito de toda esta historia, darnos los teléfonos antes de saber cuáles habían sido los resultados finales. Terminé accediendo y dándole mi teléfono para que me metiese en el grupo. Al finalizar la cena algunos decidieron marcharse a casa y otros quisimos continuar con la fiesta saliendo a bailar y tomar una copa.
Recuerdo que cuando nos despedimos me dio pena que algunos no se viniesen con nosotros pero tampoco quería convencer a nadie a quien apenas conocía. Nos dimos dos besos y cuando nos disponíamos a marchar hacia la discoteca recuerdo que miré al chico que tuve a mi lado durante la cena y él me devolvió la mirada, eso me gustó. No lo notó nadie, de hecho no se si él mismo lo hizo adrede o simplemente coincidió que estaba mirando hacia donde yo lo hacía, pero mi sonrisa tímida decía algo así como "me ha encantado conocerte". Y esa última mirada era de las que se te quedan grabadas en los finales de las películas, algo parecido. Quizás solo por mi parte dada mi imaginación constante, pero fue algo que me gustó mucho.
El resto de la noche transcurrió de forma muy divertida. Estuve bailando bastante, de hecho el chico venezolano del evento me agarró por banda y nos marcamos unos buenos meneos en cuanto a salsa se refiere. Si, me gusta bailar y hacía mucho que no iba a una discoteca a mover el cuerpecito.
Durante el tiempo en que mi amiga y yo bailábamos y el resto de chicos nos acompañaban, hubo una chica que se separó del grupo junto con otro chico algo mas joven. Ellos se habían sentado cerca durante la cena y supongo que habrían coincidido, tanto que en escasas 4 canciones ya se estaban comiendo con los ojos y posteriormente con la boca. Nos quedamos un poco sorprendidos, yo no mucho pero si que es cierto que yo no creo que hubiera hecho nada parecido. Esa fue la sorpresa de la noche y la que nos dejó flipando colorines. Casi de madrugada decidimos marcharnos para casa, cogimos un taxi y tras una despedida rápida con los chicos que quedaban nos fuimos. Esa noche me costó bastante dormir, había muchas cosas en las que debía pensar y tomar nota.
A la mañana siguiente recogimos todo y regresamos para Talavera, durante todo el camino estuve durmiendo puesto que no había pegado ojo y apenas comenté nada con mi amiga sobre lo sucedido. Cuando recibiésemos los emails confirmándonos con quién habíamos coincidido nos pondríamos en contacto. Y así fue. Apenas unas horas mas tarde ya teníamos en nuestro correo un email diciendo quién era la persona que había coincidido con nosotros y nos daba su dirección de correo electrónico.
Para mi sorpresa sólo había tenido una coincidencia, y era con el primer chico de la velada, el último con el que hablé y el que estuvo a mi lado en la cena. La verdad es que no me lo esperaba, yo creo que no soy una persona que llame la atención y mucha gente me dice que mi personalidad asusta un poco, mas que nada por tener las cosas claras y parecer muy fuerte. Incluso hasta mis propios amigos me lo han dicho, pero a mi no me importa demasiado.
Sinceramente y tras haberlos conocido un poco mas durante la cena, no les diría que si a todos. De hecho los que acabaron juntos esa noche no se habían votado y sin embargo ahí estaban.
A veces las primeras impresiones fallan pero en otras no tanto y yo estoy ahí, que ni una cosa ni otra, me muestro tal cual soy desde el inicio pero que según me vas descubriendo puedes encontrar mucho mas.
Ahora quedaba lo complicado, ¿qué hacer? Anoche tras pensar un rato decidí escribir a mi única coincidencia. Tenía su teléfono pero prefería seguir las normas del evento y escribirle un email. En él le contaba un poco lo que me había parecido, también algo mas de mi y pequeñas impresiones. Le decía que suponía que tras la cena quizás no quisiera saber mas de mi puesto que éramos muy diferentes pero que me había atrevido a escribirle porque me apetecía y rara vez no me atrevo a hacer algo que no tenga ganas de hacer. Y entonces esta mañana estábamos comentando en el grupo de whatsapp un poco todo cuando de repente he recibido su llamada. Y me he puesto tan sumamente nerviosa que no sabía a veces ni qué decir, pero con él es fácil, habla mucho y te cuenta su vida en un momento, aunque creo que hemos hablado cerca de hora y media. Ahora es cuando os digo que este evento ha sido algo especial, lo que pretendía ser algo que contar por aquí y pasar unas risas con una amiga, ha tomado otro cariz y hasta os puedo decir que me ha ilusionado un poco. He conocido a chicos muy simpáticos y majetes y me ha gustado. Creo que es una forma muy buena de hacer amistades, tanto entre ellos como entre las chicas y bien es cierto que nunca esperas encontrar a nadie, pero quién te dice que quizás no puedas encontrarlo.
Lo cierto es que tras la llamada de esta mañana cuando he colgado aún seguía sonriendo y al sentarme a la mesa mi madre muy intrigada por esa sonrisa mía me ha preguntado con quién había hablado que tenía cara de tonta... ¡No te metas mamá! y acto seguido me he puesto a comer.

Si, hay que atreverse a hacer cosas diferentes en la vida, a mostrarse tal cual eres sin miedo a nada, pero sobre todo a gustarse a uno mismo pese a las circunstancias que te envuelven. Y quién sabe lo que puede ir surgiendo ¿no?

7 comentarios:

  1. Bueno,me alegro mucho por ti ,pues me gusta que disfrutes,pero realmente,lo que me gustaria,es que todas tus risas y por que no,lágrimas de alegría,las compartieses eternamente conmigo.Creo que lo sabes,y tambien creo que yo sería tu mejor apuesta.Te espero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mis risas las comparto con toda persona que quiera tenerlas, soy asi de generosa. Pero muchas gracias por tu comentario, me alegra que te haya gustado.

      Eliminar
  2. Jope lo que da de sí dos horas...jejej

    Lo de ir yo misma al gong tb lo llegue a pensar en alguna ocasión, que había algunos infumables, pero bueno...habrá que repetir e ir ya sabiendo donde vamos!

    Yo a parte del dni pedía estado psiquiátrico de algunos para ahorrarnos sustos

    Ada!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Visto lo visto después te doy toda la razón, hay que pedir el historial mental de algunos, aunque también he pensado que estaría genial ir diciendo que somos maquilladoras de muertos o algo así, por ver qué pasa o cómo reaccionan. Creo que nos lo tomamos muy serio esta vez, yo al menos, porque la mala de la novela... Muaks

      Eliminar
  3. Guau!!! Esto no supera al de la impresora pero ahí ahí está!! Te atreves con lo que sea. Tengo visto también esas citas en alguna peli, aunque por aquí creo que no se estilan mucho. Me sorprendes una vez más y me encanta tu forma de ser, aunque seamos también nosotras, súper diferentes!! Ojalá esa amistad crezca poco a poco. Me gustaría seguir conociendo la historia. Y recuerda, "nunca hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión". Kiss.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me encanta la frase que has dicho y yo también la considero muy acertada aunque algunas veces pueda ser errónea, porque vete tú a saber lo que pensaron de mi la mayoría de los chicos, con sólo ver que me escogió uno nada mas pues ahí tienes la primera impresión jejeje
      Y por supuesto que me atrevo con lo que sea Sonia, es que la vida es para vivirla, disfrutarla, atreverse y reír, sobre todo reír mucho. ¿Te imaginas que me hubiese llevado a la impresora a las citas?
      Pues nada, gracias por acompañarme en mis aventuras, como siempre. Besotes

      Eliminar