miércoles, 28 de agosto de 2013

Cambios Inexplicables

Es muy cierto que a lo largo de nuestra vida todos sufrimos cambios, bien propiciados por factores externos que hacen que nos tengamos que amoldar a las circunstancias que nos rodean, o bien aquellos que nos infringimos a nosotros mismos para tratar de cambiar algo que no nos gusta. Sea como sea, todos cambiamos. Sin embargo y pese a todo, soy de las que piensan que incluso tras un gran cambio nuestra esencia siempre permanece.

Hoy el día se levantó gris, incluso lluvioso por algunas partes de España. Y reflejo de este día llevo conmigo una pesadez que intenta salir a flote pero no lo consigue.
Mi banda sonora de esta mañana bien pudiera ser ésta:


Ayer hablaba con varias amigas sobre los cambios que de repente nos encontramos en la gente, esas personas que nos muestran su ser un día y de repente otro son totalmente diferentes. Algunas me dicen que las personas no cambian, que somos nosotros los que nos quitamos la venda de los ojos y nos damos cuenta de su verdadera forma de ser. Otra me decía que todos cambiamos, que incluso nosotras no somos las mismas que hace un año, un mes o incluso hace una hora.

Yo a pesar de creer que nuestro carácter siempre va con nosotros, es cierto que estos últimos días he sufrido algún que otro revés en este campo. Y es que yo ya sabía que no todo es lo que parece, quizás en el campo del amor dicen que es complicado darte cuenta porque aunque crees que lo sabes "todo" de una persona siempre acabas descubriendo algo que te perturba y a consecuencia de ello vienen nuestras tristezas, sin embargo donde no me lo esperaba tanto era en el territorio de la amistad. Esa que ofreces sin contraprestación ninguna, solo por el mero hecho de conocer alguien afín a ti y con quien te gusta compartir momentos, historias, charlas y como no también problemas.
Ofreces tu mano a alguien en un momento determinado de tu vida y de la suya y cuando te prometes a ti misma que debes confiar, que todo irá bien... desaparece esa mano. La mano fantasma la denomino yo.

Creo que a todos nos ha pasado que durante un tiempo y por unas determinadas circunstancias te encuentras con alguien con quien conectas. Empiezas a hacer planes, vais a un sitio, otro... incluso sin llegar a todo esto. Alguien que a diario parece estar contigo, te da los buenos días, noches y mediodías si hace falta y de repente de un día para otro desaparece. Sin motivos aparentes, solo se escaquea de ti, y entonces comienzas a pensar en todo lo malo que has podido hacer, a repasar mentalmente cada frase dicha, cada mirada o gesto y es cuando te das cuenta que la gente no te va a acompañar durante cada suceso que ocurra en tu vida. Que cada persona que un día conoces está ahí durante un tiempo determinado. Quizás algunos duren mas, otros no lleguen ni a un mes escaso pero han estado ahí por algo y han significado algo. No hay que darle mas vueltas. Cuando conoces a las personas te ilusionas y te imaginas por un momento cosas que a la larga no suceden nunca, pero en ese instante eres feliz y mientras lo crees sonríes. Hay que quedarse con eso y pasar página.
Soy una persona que no abandona nada que se le ponga entre ceja y ceja, de hecho suelo ser mas cansina que otra cosa, pero llega un punto en la vida que has de retirarte y quizás dejar paso a otra persona que puede beneficiar a aquella que ya no quiere saber de ti, por los motivos que sean.

Si, se me hace complicado explicar con palabras este cúmulo de recuerdos y de hechos acontecidos a lo largo de estos años, meses y días. Pero también es un tema en el cual hay diversidad de opiniones y lo que no pretendo es reflejar la mía exclusivamente y sobre un asunto en concreto.

Hace apenas un par de días leí un artículo donde había una estadística acerca de la cantidad de parejas que se rompen en esta última semana de agosto. Por lo visto los amores de verano que vuelven a sus rutinas, incluso los amigos que se separan o parejas consolidadas que no logran llevar bien estos últimos días de vacaciones, están expuestos a romperse en estos días. Dicen que lo mejor es no tomar decisiones transcendentales, pero es cierto que a cada palabra que decimos, escribimos o pensamos estamos tomando una decisión, que en muchos casos puede o no ser transcendental pero que nos cambiará la vida de alguna forma.

Y entonces en días como hoy, donde el calor que tan agobiados nos tenía de repente desaparece dando lugar a nubes, tormentas y granizo, te das cuenta que no solo somos las personas las que cambiamos, sino que la naturaleza nos da la razón ofreciéndonos incomparables paisajes de sombras haciéndonos ver que en breve todo cambiará y nosotros no podremos hacer nada.


  (foto: Gemma P. atardecer en la Alhambra de Granada) 

domingo, 25 de agosto de 2013

Quedada Tuitera

Hace tiempo se propuso una quedada en la capital para que unos cuantos tuiteros nos viésemos las caras y pusiéramos voz a esos escasos 140 caracteres que día a día hacen que nos comuniquemos entre nosotros. 
En principio tenía mis dudas, la que organizaba la quedada conocía a todos ellos pero yo apenas sabía de dos o tres personas. Pero en twitter todo va muy rápido, y en apenas un mes te pones a hablar con ellos y es cuestión de días, incluso horas, que pases a tener una buena amistad. 
Tras pensarlo mucho decidí que no había que tener miedo a lo desconocido, que las ventajas son mas que los inconvenientes y te lanzas a ese mundo nuevo de gente desconocida entre comillas porque sus vidas pasan a ser parte de la tuya tras compartir pensamientos, sentimientos y miles de historias que a diario nos van ocurriendo. 
Yo no iba sola, una amiga mia también tuitera, me acompañó al evento. Cuando llegamos al lugar acordado no vi a nadie, esperamos unos minutos y al poco alguien se abalanzó hacia mi dándome un abrazo de esos que te cortan la respiración. 
Era Bea, mi dulce Bea... una madrileña adorable a la que he cogido mucho cariño estos últimos días. Llevamos compartiendo juntas bastantes madrugadas, yo insomne y ella despertándose a horas intempestivas. Sentimientos hasta el amanecer, confidencias y hasta algún que otro lloro. Desde Manchester nos escribíamos con asiduidad y esa conexión se hacía notar pese a la distancia. Regresó a Madrid hace apenas unos días y ambas teníamos muchas ganas de conocernos personalmente, poner cara y voz a esos mensajes y comprobar si era cierto todo cuanto leíamos sobre nosotras. 
Compartimos formas de actuar, un gusto extremo por el chocolate y noches en vela sobre todo. 
Ese abrazo me dijo mucho, cuando la noté tan cerca de mi fue como notar esos abrazos que no podíamos darnos los días tristes que hemos tenido. Fue especial. 
A continuación se fueron presentando el resto, Elena, la organizadora del evento. Una chica grandiosa en muchos aspectos y con un corazón que no le cabe en sus pechotes. Me sorprendió gratamente conocerla, la leo asiduamente y tenía una opinión formada sobre algunos temas que inmediatamente cambié y me agradó hacerlo, porque nada mejor que compartir historias para saber que no eres la única que piensa de una determinada forma. 
Y luego estaban ellos, los chicos... el gran Miguelito, cachondeo por excelencia. El único capaz de guardar en la agenda de su móvil lo siguiente: 

Un personaje simpático donde los haya y al que nada mas ver su cara te apetece provocarle un poco para ver qué tontería se le ocurre. 
También estaba el mas tranquilo, o al menos el que así lo aparenta. Una persona con la que puedes hablar y que poco a poco y con Leves Trazos te muestra parte de su persona. Coger un AVE desde Barcelona para quedar con un grupo de chiflados es de valorar, y lo cierto es que conocerle fue muy grato. 
Al resto los conocí esa misma noche, y sin embargo eran geniales. Un dibujante de comics que lleva siempre su libretita llena de dibujos y un lápiz. Me contó que dibuja mientras viaja en el metro, mientras espera en cualquier sitio... tenía dibujos chulísimos que me fue explicando entre cerveza y cerveza. 
En su blog se pueden encontrar unos cuantos de ellos:  http://katakraos.blogspot.com.es
Y el más jovencito de todos pero el mas famoso, y al cual he apodado "turbuleitor" porque para venir a la quedada cogió un avión desde su lugar de vacaciones y por lo visto casi se muere debido a las turbulencias del aparato. Nos contó anécdotas de famosos de una forma tan graciosa y campechana que me pareció de lo mas normal que cuando estaba fumando y vio a Mercedes Milá, no me extrañó nada que le dijera que no iba a tirar el cigarro y ésta le llamase de todo menos bonito. Porque es un chaval impresionante con un cuerpazo de 10 para qué nos vamos a engañar...

Al sentarnos todos en la Sureña de Gran Vía, fue muy gracioso. Empezamos pidiendo cubos de cervezas, contando historias, y mostrándonos tal cual. Por una vez dejamos los móviles y tuiteamos versión 1.0, cara a cara. Comentábamos hechos acontecidos, temas comunes y hablábamos unos con otros sonriendo. 
De cuando en cuando una "Marisleysis" se aproximaba a nosotros para decirnos que no podíamos ocupar tantas mesas y un no parar de normas extrañas de ese tan afamado lugar. 
Pronto empezamos con el concurso de a ver quién acierta a meter bolitas de servilletas en escotes ajenos con el premio de enseñar pechotes. Pero pocos acertaron, sobre todo en el mio que por lo visto repelía los papelitos. Sin embargo los hielos entraban solos, cosas que se hacen en momentos de diversión y risas. 
Comimos, bebimos, reímos y mirándonos a los ojos pensábamos que aquellos que allí estábamos éramos los mismos que a diario nos leíamos, que hablábamos por mensajes y que habíamos compartido tantas y tantas historias. 
Elena empezó otro juego, el bebernos la cerveza sin manos... y tras unas cuentas creo que la mejor foto que indica cómo acabó el juego es ésta: 


También me hicieron un regalo, Bea que es muy sabedora de mi afición por el chocolate y que soy coleccionista de postales, me trajo esto desde Manchester: 


Una postal muy chula donde aparece el estadio de fútbol y un cacao para los labios con sabor a chocolate y que nos dio mucho juego a la hora de hablar sobre quién lo probaría, pero finalmente me lo acabé "comiendo" yo solita. 
Una parte de este post quiero dedicársela a ella, porque en breve es su cumple y desde aquí y con unos días de antelación quiero decirle que para mi ha sido muy bonito poder conocerla, saber que está ahí cuando la necesitas y que esos abrazos que el sábado me dio voy a tardar tiempo en olvidarlos, concretamente hasta que me de los próximos. Por ello quiero poner una foto de nosotras, porque hablar de ella sin ver su cara sonrosada por las cervezas no es lo mismo y porque nada mas verla es quererla... 


Posteriormente se fueron uniendo otros tuiteros al grupo, algunos conocidos, otros no tanto, y acabamos en un local de Madrid tomando una copa. Nos faltó bailotear un poco, perrear como me gusta decir, pero es cierto que también me gustó la parte de secretismo entre nosotros, esas confidencias últimas antes de despedirnos. 
Ya bien entrada la madrugada y con bastante fresquito empezamos a despedirnos, unos continuaron la fiesta y otros decidimos marcharnos. Nos dimos esos últimos abrazos con la esperanza de muy pronto recibir otros. Hicimos la foto de grupo y seguimos nuestro rumbo... 


Desde aquí solo deciros que disfruté muchísimo, que estoy encantada de haberos conocido, a todos... y que sin vosotros, el día a día sería mas aburrido, sin las gracias de unos, las frikadas de otros, los sentimentalismos y consejos varios, las rutinas no serían lo mismo. 

GRACIAS Y HASTA LA PRÓXIMA. 

miércoles, 21 de agosto de 2013

Amor de rebajas

No se si será por la luna llena de estos días pero los temas amorosos a mi alrededor están un poco alterados. Supongo que es uno de los temas mas comentados, junto con el fútbol, la crisis y los coches o la moda dependiendo si eres chico o chica.
Llevo unos días en los que ni yo misma me encuentro, sentimientos confusos se ciernen entorno a mi y no paro de pensar en que equivocarse forma parte de la vida, las risas, las lágrimas, en definitiva un todo englobado en una sola palabra AMOR. 
Me gustaría tanto poder expresar todo lo que mi corazón habita que me resulta casi imposible y tendría que ir por fascículos, sin embargo os intentaré mostrar lo que el día de hoy ha dado de sí.
De buena mañana me topé con un graffiti inesperado, una declaración a la que yo he denominado "amor de rebajas" y es que hacerla en un contenedor de basura no es que sea lo mas romántico del mundo, pero no deja de ser una declaración.


Y así sin querer y observando el contenedor me he imaginado la historia que lleva detrás. Lo primero que me ha llamado la atención ha sido ver el punto detrás del Te quiero. Me resulta llamativo como en tan poco espacio las letras estén muy juntas y sin embargo haya un punto final. La letra redondeada me hace pensar que se trata de alguien joven, incluso diría que una chica pero suelen ser mas los del género masculino los que hacen pintadas. Te quiero.

Esta tarde quedé con unas amigas para tomar unos refrescos, una de ellas ha sufrido una ruptura recientemente y he estado observando. Me ha chocado el hecho de cómo nos contaba que estaba fenomenal, que había tenido que hacer terapia pero que estaba bastante bien, en la fase de "ey estoy súper guay". Sin embargo sus ojos no decían eso, sus enormes ojos verdes mirando hacia otra parte decían lo contrario. Y es que es normal, que aunque estemos rotos por dentro alejemos la mirada y digamos aquello que queremos creernos, tratando de ser mas fuertes.
Se dice que en las rupturas hay varias fases, yo sigo pensando que me he quedado en la del recuerdo permanentemente.
El resto de mis amigas le decía que no se preocupase, que siempre tras relaciones muy largas luego llega alguien que en pocos meses lo conoces y hasta formas una familia. Si, he conocido casos de ese tipo, pero también he conocido los contrarios, el mio por ejemplo.
Está el hecho de conocer nuevas personas e ilusionarte con ellas, hacer planes en tu cabeza y soñar despierto. Pero los sueños... sueños son e incluso hay veces que duran lo mismo que un sueño, una noche.

Hay veces que me pongo muy triste por determinadas circunstancias, tras hablar con muchas personas sobre el tema, me doy cuenta de que hombres y mujeres somos muy distintos. ¿He descubierto Roma verdad? Pero me refiero al hecho de que nuestra forma de esperar y ver las cosas es diferente. Bien es cierto que no todos somos iguales, pero últimamente me he fijado en que si pudiésemos expresar todo aquello que llevamos dentro sin miedos, sería mucho mas sencillo. Yo soy de las que suelen llamar al pan pan y al vino vino, pero con el paso del tiempo y según te haces mayor te percatas de que la vida cambia y los miedos crecen y cada vez se hacen mas absurdos. Se hace complicado decirle a alguien que has conocido hace poco "te echo de menos" por miedo a qué pueda pensar y se aleje de ti, sin embargo con alguien de tu mismo sexo no dudas en decir un te quiero mucho, porque sabes que nadie te va a malinterpretar. Y nos quedamos callados, sintiendo en silencio, sin mas. Y entonces es cuando pienso... ¿comparamos el amor con las hemorroides? ¿De verdad hay que sufrirlo en silencio? ¿Hay que llorar por sentir algo y no poder expresarlo? Porque es así, lloramos y recurrimos a quien tenemos mas cerca para expresarle lo que sentimos y las dudas, y no tenemos en cuenta a la persona que nos produce esos sentimientos por miedo a que no seamos correspondidos, por miedo a que piense que es demasiado pronto, por miedo a estar errados, por miedo.
El miedo y el amor no son buena combinación, nunca. Y sinceramente, si empiezas con miedos dejando de ser como eres, ¿crees que a la larga no sufrirás por ello?
Quizás haya sido la luna, esta luna hermosa de hoy que nos ha afectado... risas, lloros, todo demasiado exaltado, pero con una razón de ser, siempre.


Esta bonita imagen, cedida por mi amiga Caracola desde las playas de Cádiz, me ha hecho pensar, sobre todo en que la vida es demasiado corta a veces como para no expresar todo lo bello que tenemos dentro.
Yo hoy me he quejado mucho, llevo unos días un tanto extraña, y hasta he llegado a decir que me gustaría dejar de hacerle caso a mi parte derecha del cerebro. Quisiera que por una vez la izquierda tomara las riendas de mi vida y la lógica predominara en mi, pero no puedo hacerlo. La imaginación, creatividad y todos los sentimientos que albergo salen por cada poro de mi piel, y en verano con el calor creo que mas aun, pero que queréis que os diga, a mi me parece perfecto, y ya sabéis eso de... a quien no le guste, fus fus y se acabó.

lunes, 19 de agosto de 2013

Fotos

Os contaré algo de mi... siempre llevo una cámara de fotos en el bolso. Quizás os parezca una tontería, y mas ahora que todos los móviles tienen cámara y puedes disparar en cualquier momento. Sin embargo la imagen es distinta y por ello y como apenas ocupa espacio, es algo tan indispensable como llevar un paquete de pañuelos en invierno.
Esta mañana al salir a la calle he visto un grupo de excursionistas por el centro histórico, con sus móviles, cámaras, ipads y demás chismes fotografiaban todo lo que estaban viendo. En ocasiones me pregunto en cuántas fotos habré salido sin darme cuenta...
Las fotografías dejan grabados esos momentos que nuestros ojos mantienen en su retina durante escasos segundos haciendo que sean eternos.
Recuerdo cómo en una de las bodas que estuve, el fotógrafo se dedicó a hacerme fotos cada vez que yo cogía mi cámara y hacía una. Fotografías de fotografías.
Y es que con esto de que pueden almacenarse miles de fotos sin ocupar apenas espacio, nos dedicamos a fotografiar cualquier cosa que veamos, fotos de pies, de animales, de comidas... fotos de fotos.
A mi siempre me ha gustado disparar a traición, capturar ese pequeño instante en el que nadie se da cuenta que lo estás mirando. Captar sonrisas robadas o tristezas que lo inundan todo.
En toda foto siempre hay algo que la hace única, esa pequeña imperfección que cuando aprietas el botón todo está precioso y sin embargo cuando la haces grande está ahí. Una persona que se ha metido, un dedo que no debería aparecer o esas motas de polvo que a saber de dónde salen.
A través de las fotos hemos podido contemplar momentos de nuestra historia que de otro modo no hubiera sido posible.
Se han hecho cosas increíbles gracias a la fotografía, ya que dependiendo de cómo coloques el objetivo así tendrás una percepción u otra de esa realidad que se quiere mostrar.
Hoy de casualidad me enteré que es el día mundial de la fotografía e investigando un poco sobre el tema me he informado que la primera fotografía de la historia data del año 1826.


Quizás no es demasiado bonita, fue realizada por Joseph Nicéphore Niépce, un francés que miraba desde la ventana y decidió reflejar lo que veía. Quizás, de saber que iba a ser reconocida como la primera foto de la historia hubiera ido al mar, sin embargo decidió fotografiar lo que tenía delante de sus ojos sin preparar nada.

La fotografía tiene el poder de contar historias que permanecerán en el tiempo, de hecho cuando veo fotos pasadas recuerdo los sentimientos que ese día tuve. Mis enfados, mi cara de pocos amigos, o esas sonrisas que me indicaban que era la mas feliz del mundo. Una de mis fotos favoritas es ésta:


Es un amanecer en la Malvarrosa el día de mi vigésimo sexto cumpleaños a las 6:36 de la mañana. Transcurridos ya cuatro años de tal acontecimiento, veo la foto y en cada poro de mi piel noto el frío de esa madrugada, la arena acariciando mis pies y las sonrisas que el mar se llevó ese día.

La fotografía no cambia la realidad pero si la enseña, y hasta nos la recuerda eternamente por mucho que no queramos verla.

Precisamente esta mañana leía un artículo de Albert Espinosa en el cual decía esta frase:

"Si os dais cuenta la vida tiene mucho que ver con la organización al crear la foto perfecta… Está el que no quiere salir, el que no sonríe, el que falsea la felicidad, el que no mira de frente y el que está fascinado con ese instante y lo vive… La vida resumida en un clic… No hace falta saber nada más de las personas, se adivina todo viendo como te colocas en una foto…”

Personas y fotografías... ¿curioso verdad?  

FELIZ DÍA DE LA FOTOGRAFÍA.





miércoles, 14 de agosto de 2013

Boda Extremeña

Irme un fin de semana entero a Extremadura para acudir a una boda parecía no estar en mis mejores planes, sin embargo todo aquello que crees que no será de tu agrado, por unas u otras circunstancias, al final es lo que mejor sale y te diviertes un montón.
Ocurrió que el viernes cuando hice las maletas iba temerosa de lo que me encontraría. Tanto tiempo sin ir al pueblo, sin ver a la gente y sin saber dónde meterme, igual me pasarían factura.
Al llegar todo cambió, mi estado de ánimo enseguida se vino arriba, por allí las personas te paran y te preguntan... ¿tú eres la hija de...? y te asombras de que te reconozcan y te muestren los amables que son contigo. De cuando en cuando no faltan los comentarios de: ¿dónde está el novio? que tan impertinentes son a veces, pero con la mejor de mis sonrisas ya he aprendido a decir: yo de eso no gasto y una moza como soy yo... menudo desperdicio ya veis, pero la cosa está así.
Claro, ante la estupefacción de las vecinas que lo escuchan y apenas me conocen, se ríen y dicen: ¡qué graciosa es la muchacha! Y así me quedo, no paso del qué graciosa soy, pero con eso me sirve.

Al llegar resultó que el pueblo estaba en fiestas, las de San Lorenzo, que se celebraban ese fin de semana. El viernes y el sábado un par de orquestas montaban su escenario en la plaza del pueblo y allí es donde se reúnen los jóvenes y mayores, unos arremolinados junto a botellas y carros de la compra llenos de bebidas, los otros sentados en las terrazas de los bares junto al Ayuntamiento.
Para ser un pueblo tan pequeño me extrañó la movida de esa noche. Yo no conocía apenas a nadie, solo a mi familia que había venido conmigo a la boda, pero ellos no son de irse a bailar, asi pues y tras no querer pasar la noche del viernes encerrada en casa decidí salir a ver qué encontraba por allí, y al poco de visualizar el ambiente, momento gacela oculta tras los arbustos esperando a su presa, vi a alguien que conocía y me acerqué a saludar. Una vez ya situada y comenzada una ligera conversación situé a la orquesta, en especial al cantante que estaba bastante bien, y al poco de estar allí vi que una mujer de unos 40 años me llamaba con efusividad para que bailase junto a ella. Por lo visto era la hermana de un chaval del pueblo que conocía desde hacía años, ella me había reconocido pero yo a ella no, y sin importarme mucho me puse a bailar con ella y su grupo de amigas al son de las canciones orquestiles.
Confieso que me lo pasé realmente bien, aparqué miedos y disfruté de lo lindo bailando y riendo. Me hubiese quedado hasta tarde pero al día siguiente tenía que madrugar y arreglarme para ir a la boda.
El sábado por la mañana me levanté muy temprano. La casa donde nos quedamos queda a escasos 50 metros de la Iglesia y en fiestas tienen la buena costumbre de dar campanazos a eso de las 7 de la mañana, asi pues me desperté y  fui a recorrer las gargantas y toda la naturaleza que envuelve a este bonito pueblo del Valle del Jerte.
Disfruté haciendo fotos y tropezando entre las piedras. Por una vez no me resbalé y caí dentro, mas de una vez me ha pasado ya, y metí la manita para probar la temperatura del agua, respiré profundamente y cuando el sol me indicaba que empezaba a hacer calor decidí que era hora de regresar.


A escasas 3 horas del comienzo del enlace mi familia me comunica que no me voy a sentar en su mesa, sino que me han puesto con la "gente joven". Muy bien, dame una petaca para echar un poquito de vozka en mi agua sin que se note demasiado.
Si es complicado estar con gente de tu propia familia que apenas conoces, mas aun es estar en una mesa rodeada de gente que no conoces en absoluto, a lo sumo de un hola qué tal.
En esta boda cosas curiosas haberlas las hubo, el cura era un tío muy especial, dijo lo que le vino en gana durante la celebración. Lo que más me llamó la atención fue cuando muy serio se dirigió a cada uno de los novios y les dijo: Hernando, tú sabes que no te casas para ser feliz verdad? y a su vez: Rosaura, tú te casas no para ser feliz...
Ellos con cara de "que me está contando" se miraron y no sabían ni qué contestar, porque encima el cura era de los que pedía respuestas en cada pregunta que hacía. Todo se calmó cuando fue el propio sacerdote el que se autorespondió diciendo: verás, os casáis no para ser felices, sino para hacer feliz al otro. Y entonces se oyó un suspiro generalizado en la Iglesia y todos sonreímos.
También me extrañó el hecho de que para ponerse los anillos y pasarse las arras, los novios tuvieran que subirse al altar. La verdad es que llegó un momento en que todo me parecía una obra de teatro, entre la música de fondo que no podía distinguir bien y los aplausos que el cura pedía... si, algo extraño.

En esta boda no encontré ningún bolso con forma de payaso como en la anterior, pero si vi un tocado que me llamó la atención y me gustó bastante, mas que nada porque me encantan los colorines. Asi que cámara en mano le pedí a la buena mujer (que rondaba los 60 años) que me dejara hacerle una foto a esa cosa que llevaba en la cabeza, y aquí la tenéis:


Al llegar al pueblo donde se celebró la cena, el lugar parecía maravilloso, era una casa rural muy bien decorada. Tenían hasta una piscina rodeada de velas por si alguien quería darse un baño nocturno, idea que muchos de nosotros sopesamos al final de la noche.


Había detalles muy bonitos, por ejemplo la decoración de las mesas, en cuyas copas había mariposas de colores, el detalle de los novios de poner una mesa llena de golosinas con sus nombres, el poner un libro de firmas con dos bolis de unos pollos extraños vestidos de novios... pero el detalle mas especial y llamativo, fue que habían contratado a un artista para hacernos caricaturas a todos los que habíamos ido a la boda. Era el regalo que nos dieron a cada uno.
La mayoría de caricaturas eran de parejas, o de familias que habían ido con los niños y las hacían todas juntas. Yo no quise hacérmela con mis padres puesto que siempre he querido tener una de mi sola, asi que me planté allí y le dije al chaval: como yo vengo sola esmérate en hacerme fea, va. Dicho y hecho, así me dejó:


La verdad es que fue muy gracioso, como en apenas 3 minutos te observa y plasma tus rasgos. Recuerdo como mi madre que estaba detrás del chaval mientras me pintaba, le decía "pero si mi hija es mas guapa, no la pintes asi" y yo diciendo: a ver mami, déjale tranquilo que me va a pintar con cara de mala leche y la vamos a liar... efectivamente me sacó con mis mofletes, mi pelo rizado, mi sonrisa de "mamá cállate y déjame tranquila" y mi naricilla graciosa. Le faltó sacarme los pechotes pero era mi cara o ellos...

Durante la cena la verdad es que pese a mi estado inicial de cohibimiento y no saber qué decir, rápidamente me asocié con la chica que tenía al lado y hablando de las caricaturas que nos habían hecho empezamos a indagar en temas varios. Luego la conversación de la mesa se centró en temas de trabajo y política, el chico que estaba a mi izquierda trabajaba en varios países fuera de España y me pareció muy interesante todo lo que se habló, claro que al no dejarte meter baza es complicado, porque muchas veces parece que al sacar ciertos temas solo los hombres tienen derecho a opinar y parece que las mujeres no sabemos, de hecho cuando hice un comentario refiriéndome al comercio exterior y las exportaciones me miraron extrañados como pensando: y tú qué sabes de todo esto? Pues si, no soy ingeniera o esas cosas, pero mis mínimos conocimientos de temas generalizados si que los tengo, vamos, que se me puede sacar de casa.
Tras la cena venía el baile, y estábamos en las mismas, las personas con las que había cogido confianza se marchaban y de nuevo me quedaba sola. Entonces fui a pedir una copa y mientras observaba con envidia el grupo de chicos que bailaban en la pista el ingeniero situado a mi izquierda de la boda se acercó a mi y me dijo que fuese a bailar con ellos. No necesité que me lo dijeran dos veces, allá que me fui a bailotear durante tres horas, yo y mis tacones. Sin parar. Y si, me lo pasé muy bien.
En uno de los bailes, el pincha que estaba poniendo la música propuso hacer cambios de pareja, y en ese momento me di cuenta de varias cosas:
1. Que cuando bailo agarrada no soy la mejor de las bailarinas.
2. Que mi mirada inquietante atraviesa a las  personas.
Y digo esto porque en una canción que duraba escasos 5 minutos, y durante los cuales tuve al menos 8 parejas de baile, 6 de ellos me bajaban la mirada y me decían: lo siento pero es que soy muy torpe bailando. Pero... ¿te he dicho yo algo? La verdad es que llegué a la conclusión de que haga lo que haga parece que siempre hay alguien que al verme siente que soy demasiado... y vale, los que eran mas bajitos que yo pues entiendo que no me miren a los ojos fijamente jejeje pero me llama mucho la atención la poca personalidad que demuestran algunas personas a veces. Vale, yo he de confesar que tengo un carácter muy muy muy marcado, pero eso no implica ni que haya que temerme ni que sea alguien difícil con quien mantener una conversación, de hecho quien se acerca y lo ve siempre suele decirme que soy simpática. Vale, no ligo, ni me piden mi teléfono ni esas cosas, pero eso me importa mas bien poco.
Al final de la boda, cuando estaba bailando y uno de los chicos del grupo se había atrevido a acercarse a mi y compartir conmigo un par de bailes agarraditos, estaba preguntándome de dónde era y si me quedaba hasta el final de la noche, cuando de repente aparece mi madre por detrás, me da un golpecito en el hombro y me dice: Gema, el autobús se marcha, asi que venga que estamos tardando.
Lógicamente me tuve que ir, me despedí del chico y poco mas pudimos hablar porque él se quedó bailando y yo me dirigí al bus para regresar al pueblo.
Esa noche apenas pude dormir, de hecho tan solo lo hice durante una hora y ya en la madrugada. Tenía que levantarme pronto para regresar el domingo a casa...
Pero antes, nos dimos una vuelta por los árboles frutales a ver cómo estaban, recogimos nectarinas, melocotones e hice fotos a mis preciados kiwis que estaban fenomenales.

En definitiva un fin de semana estupendo, respirando aire puro y pasándolo en grande. Ya solo me queda una boda este año... así pues, seguiremos bailando.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Voces

¿Alguna vez habéis escuchado el silencio? Los que lo han oído afirman que es algo espeluznante, una sensación de vacío inmenso.

Yo nunca he tenido ese placer o desgracia, nunca se sabe. Siempre ha habido ruido a mi alrededor y en el fondo creo que el silencio no existe. Tanto en el paraje mas desolador como en la urbe mas poblada inmensidad de ruidos se agolpan si nos paramos a escucharlos.
No soy de esas personas que gustan de llevar enormes cascos de música por la calle para aislarse de todo. Callar el ruido con mas ruido no es de lo más agradable. Soy de las que se paran a escuchar conversaciones ajenas, el run run de los coches y el alboroto de los pájaros cuando está amaneciendo.

Recuerdo que cuando vivía en Toledo el balcón de mi habitación quedaba justo enfrente de una pequeña plaza llena de árboles. Cuando amanecía y el sol entraba por las rendijas de la persiana abría las puertas y volvía a meterme en la cama. Cerraba los ojos durante unos instantes y escuchaba. Un gorjeo incesante penetraba en mi habitación de repente...


Ahora los sonidos son otros, por las mañanas nos despierta el sonido del móvil y cada vez hay mas ruidos de vehículos por las calles.
Sin embargo hoy quiero hablaros de las voces y lo que ello representan en nuestras vidas.
Últimamente veo como apenas hablamos, ya solo utilizamos mensajitos para comunicarnos, no digo que esté mal pero se ha perdido la esencia. Quizás cuando lees sonríes y hasta puedes llegar a sentir cosas, sin embargo no dejan de ser palabras que en mayor o menor grado incluso pueden hasta malinterpretarse por el mero hecho de no ponerles la entonación adecuada.
La verdad es que yo sigo pensando que me gustan las voces. Cuando estoy mal me gusta llamar a alguien y oír sus risas o sus consejos, si tengo una buena noticia que dar me gusta compartirla soltando un montón de estupideces y carcajadas.

Ayer puse dos voces nuevas a mi vida, en una descubrí un acento que nunca había oído mezclado con muy malas pulgas y risas. Escuchar a una persona con la que llevas tiempo escribiéndote y oír su voz por vez primera siempre es una experiencia curiosa. Es poner un sonido a esas palabras escritas, darte cuenta de cómo es en realidad.
Ella me llamó para echarme la bronca por algo que sentía y como buena vasca que es, empezó a decir palabrotas mientras fatigada buscaba su coche porque decía no saber dónde lo había aparcado.
Me encantan este tipo de personas, de las que te infunden ánimos y van a tope por la vida sacando su lanzallamas y quemando todo aquello que se les ponga por delante.
En el lado opuesto otra voz, muy diferente. Una voz triste y afligida, cansada... quizás era demasiado tarde cuando hablé con él, pero me dejó bastante preocupada antes de dormir.

Voces... según la RAE son esos sonidos que se producen por el aire que expulsa los pulmones al salir de la laringe haciendo que vibren las cuerdas vocales.

Para mi las voces son algo mas que todo eso, son sentimientos comprimidos de rabia, pasión, amor y dolor que fluyen a través de nuestro cuerpo.
Hay quienes afirman incluso que las voces tienen colores, yo estoy muy de acuerdo con esa afirmación también.

El significado de esas voces, esos ruidos... algo tan bonito que te hace sentir y hasta en ocasiones vivir.


sábado, 3 de agosto de 2013

El poder de una sonrisa

La capacidad que tiene el ser humano de hacer sentir es impresionante. Me explico. Puedes tener un día horrible pero si alguien a tu alrededor te dedica unas palabras bonitas y te muestra una sonrisa sincera, tus males pasan a un segundo plano de forma instantánea.

Llevo unos días de vacaciones, en el pueblo. Lo cierto es que cada día me esfuerzo por evitar mantener vivos recuerdos que se que me hacen daño, pero tampoco puedo evitarlos.
Hace poco hablaba con una amiga y me proponía un plan. Resulta que ella trabaja en la oficina de correos de un pueblo cercano al mío. En su oficina, el director parece ser un hombre un tanto gruñón y desconsiderado. Por lo visto tiene un hijo, mas o menos de mi edad, que da la casualidad de que es el director de la oficina de correos de mi pueblo.
Ella no lo conoce, sólo a través de las palabras de su padre, pero dado mi aburrimiento estos días hicimos un trato. Me contaba pequeñas cosas que sabía de él y yo me intentaba hacer su amiga. La idea era graciosa y tenía su punto de la típica travesura que me encanta.
Yo tenía todo planeado, anotados sus gustos e incluso esas primeras frases con las que comenzar cuando desconoces a una persona. Mi idea era ir hasta la oficina de correos con una excusa y cuando lo viese entablar una conversación con él y si se daba el caso y por qué no, ir a tomar algo.
Todo iba bien, mi esquema mental estaba organizado cuando hoy al fin me armé de valor y fui a correos. Al llegar una chica nueva me dio la bienvenida, por un momento sospeché que pudiera estar en el interior de la oficina, pero no parecía ser el caso. Cuando me tocó mi turno pedí un sobre, de estos verdes acolchaditos que me gustan a mi. De paso pregunté por él, y la chica muy amable me indicaba que se había cogido todo el mes de agosto de vacaciones. Mi gozo en un pozo.

Un tanto abatida regresé a casa, ya todo volvía a la normalidad. Con un poco de suerte, por la tarde no haría excesivo calor y podría ir a la piscina a darme un baño.
El día ha transcurrido así, levantarse tarde, ir a comprar, comer, siesta, piscina y poco mas.
En ocasiones nada interesante nos pasa, sin embargo tras hacerme diez largos en la piscina y esperar que el sol se ocultase, un sentimiento de desolación me embargaba.


Yo que soy muy activa, que no paro de hacer cosas a diario, me encontraba inundada de recuerdos de los que no podía salir y apesadumbrada por no poder hacer nada.
Tras la cena intenté convencer a una amiga para salir a tomar algo y dar una vuelta por el pueblo, pero no había manera. El viernes noche parecía estar muerto. Fui a casa de mi primo para ver qué estaba haciendo y poder charlar un rato con él, y ya andaba metido en la cama...
Todos los astros se alineaban en mi contra. Sin embargo alguien queda siempre.

Convencida de que encontraría a alguien al otro lado de mi twitter vi que unos cuantos pasábamos la noche del viernes entre las redes. Hay veces que pienso que mi madre tiene razón y que estoy enganchada a esta red como si de droga se tratase, pero ya que por aquí hay poco movimiento en la vida real pues nunca está de más pasarte al 2.0 aunque sea en fin de semana.
Y son estas noches calurosas cuando das con personas agradables cuya vida está unida a la tuya de alguna forma. Siempre encuentras un punto común desde el cual partir, ya sean malas experiencias, recuerdos dolorosos, gustos por el cine o simplemente la necesidad de querer sonreír en un momento en que por ti mismo es complicado de que se haga.
A través de pequeñas conversaciones te das cuenta que tus sentimientos no son los únicos, que hay gente que tiene sus propios pesares y los muestra. También vives relaciones, ves como personas que hasta hacía muy poco lloraban por compromisos fallidos, ahora suspiran por ilusiones nuevas.
Y te preguntas en qué punto de tu vida te encuentras, qué paso deberías dar para continuar, y lo cierto es que no hallas la respuesta.
Pero a través de tus comentarios ves cómo alguien sonríe, y te agradece que hayas hecho posible esa sonrisa cuando mas lo necesitaba. En ocasiones hasta algún piropo que otro se escapa, muestra de ese sentimiento que en tu interior palpita. Y te das cuenta.
Te das cuenta de que todas las personas tenemos la capacidad de hacer sentir bien a los demás, que no solo sirve el contar malas experiencias con la idea de consolarnos sino que unas palabras a tiempo te hacen sentir como si en ese momento fueras únic@ y especial.
Todos hemos conocido personas que nos han hecho sentir así, sin embargo con el paso del tiempo de una u otra forma hemos cambiado y lo que antes nos hacía estar en la gloria pasa a ser una pesadilla.
Parece ser que todo en la vida va por etapas, hay momentos que puedes sentirte muy unido a alguien y después ver cómo todo eso que antes os hizo inseparables hoy no es posible. Cada cual somos muy diferentes, eso está claro, y nuestro carácter es tal que es difícil amoldarnos al de los demás y ponemos excusas sin darnos cuenta que el amor, el cariño y la felicidad que requerimos para nosotros mismos hemos de darlos a los demás también, y que no es nada difícil, simplemente hay que dejarnos llevar...

Es de madrugada y este post quizás no tenga demasiado sentido, pero es que no podía dormir a gusto sin escribir lo que dentro de mi cabeza albergaba.
Esta noche he sentido ilusión, ganas de sonreír y reconozco que hasta los ojitos se me han achinado mientras leía comentarios hacia mi que provocaban pequeños saltitos en mi corazón estropeado.

No es que sea enamoradiza con facilidad, es que creo que las personas tenemos un poder enorme para hacer que seamos felices, que quizás para mi con que me llamen princesa de cuento maravilloso ya me haces soñar e igual a otra persona no, pero todos y cada uno tenemos un punto en el cual nuestra sonrisa se empieza a ensanchar por momentos, el descubrirlo quizás es parte de uno mismo, pero lo mas seguro es que no lo conozcamos hasta que alguien nos lo muestre y nunca se sabe si tú puedes ser el alguien de esa persona... Feliz fin de semana.