domingo, 30 de junio de 2013

De Boda

La boda de una amiga siempre es un evento maravilloso a la vez que estresante. Ya desde la despedida de novia todo empieza a ir mal, imprevistos por todos sitios y peleas que no se resuelven hasta el momento de ver entrar a tu amiga por la puerta de la Iglesia.
La última de tu grupo en echarse novio y la primera en casarse. Preparar una boda con tan solo unos meses y al final que todo salga bien.
En las bodas se tiene los sentimientos a flor de piel, lloras cuando la ves entrar vestida como si fuera la princesa Magdalena de Suecia, te ríes con los típicos comentarios cuando oyes a los novios decir las frases entrecortadas por la emoción y te diviertes tirando el arroz a la salida de la Iglesia de forma kamikace.
Incluso tiraron hasta mini billetitos simulando el dinero...

Lo cierto es que fue una boda de añoranzas en parte pero al mismo tiempo de reencuentros. En nuestro grupo de amigas siempre hay discusiones y malentendidos como en cualquier grupo que se precie, sin embargo ese día todo fue sobre ruedas. Quizás hubo algún momento de desorganización provocado por los nervios, quién hace las lecturas, dónde firman los testigos, dónde está el arroz... pequeños detalles de los cuales no te percatas hasta instantes antes de la ceremonia.

Yo me levanté muy temprano el sábado, tenía que ir a la peluquería a las 8. Mi intención era alisarme la melena de leona que tengo para dar un cambio radical. Cuando quince minutos antes de salir de casa recibo un mensaje de la peluquera diciéndome que estaba en el hospital creí que todo saldría mal, pero finalmente llegó, media hora tarde pero llegó. Mi pelo es muy muy muy especial, y es que tardo bastante en alisarlo, secador y cepillo mas luego planchas. Vamos, lo que todo peluquero nunca desearía.
Lo mejor de todo es que mi alisado dura según la temperatura, porque a pesar de que ahora no llueve, cuando pasamos de los 26 grados y el calor aprieta, empieza a salirme el rizo por la zona del cuello sin más remedio, los cuatro bucles que quedaban preciosos desaparecen y empiezo a convertirme en una seta.

Me pongo muy nerviosa en las bodas que me empiezan a hablar de la existencia de protocolos, que si has de cubrirte los hombros al ir a la Iglesia, ponerte un tocado en el lado derecho de la cabeza... vamos que hay que pelar los langostinos con cuchillo y tenedor. Y claro, yo soy todo lo contrario. Me gusta ir a mi aire, que nadie se meta en lo que llevo o dejo de llevar, simplemente ir cómoda. Y así lo hice, se lo comenté a la novia y me dijo: Gemma, ve lo mas cómoda que puedas, que la boda dura todo el día y luego nadie se acordará si llevabas pamela o zapatos de 12 cm de tacón.

La boda fue sencillita, la novia llegó casi media hora tarde por diversos imprevistos pero al final todo acabó bien. Nosotras ya estábamos acostumbradas ya que cuando solemos quedar con ella siempre llega tarde, pero ver al novio esperar con los nervios es todo un espectáculo. Mi espera fue amena, me senté junto a una de mis mejores amigas y nos liamos a "cortar trajes" a todo el mundo.


Pero ver la cara de nuestra amiga llena de emoción, observarla besar a sus padres como símbolo de "ya me voy de vuestro lado" y mirar a su marido es algo que te hace sentir diferente, sentir que la perdemos un poquito porque comienza una vida nueva lejos de nosotras.
Y es que cuando la conocí en el instituto, hace ya unos cuantos años, nadie nos diría que todo esto iba a acabar así. Hemos vivido muchos momentos juntas, relaciones amorosas, trabajos, discusiones y risas...
Incluso cuando nos presentó al que es ahora su marido, todas tenemos ese miedo a que le puedan hacer daño, a que sufra, pero sabemos que es fuerte.

Cuando llegamos al sitio donde se dio la comida a eso de las 3 de la tarde, nos sentamos en la carpa habilitada para ello y mientras llegaban los camareros y el resto de invitados pedimos unas bebidas. Entonces apareció la modelo más impresionante de la boda, bueno... mas que ella eran sus complementos.


Y es que llevar un bolso con la cara de un payaso triste a una boda es de lo mas curioso. Para mas inri, se parecía bastante a Ana Obregón, así que nos divertimos durante un buen rato comentando de dónde habría sacado tan preciado elemento.

El sitio es bastante bonito, sus jardines están decorados con elementos de cerámica y botellas de vidrio que rodean los árboles, queda bastante curioso.
A la entrada del salón hay unas mariposas muy llamativas, os dejo la foto de mi modelito como ya os prometí.


La comida fue estupenda, el cocktail de entrada nos sació el apetito y luego los platos fueron abundantes y muy buenos. La tarta era muy moderna, un fondant blanco con florecillas rojas acompañado de helado de chocolate blanco.


En el baile nos dispersamos un poco, y es que acabamos de comer casi a las 7 de la tarde y mucha gente se marchó a descansar ya que la boda duraba hasta la madrugada.
Nosotras en lugar de descansar nos cansamos mas, nos fuimos a la zona de juego de los niños y saltamos en el castillo hinchable, jugamos al twister y nos convertimos en niñas traviesas durante un buen rato.


Puesto que la novia no nos tiró el ramo nosotras mismas lo cogimos e hicimos el intento y al final de la noche bailamos sin parar a pesar del dolor de pies. Una de nosotras incluso abandonó los zapatos y bailó descalza a lo Shakira pero versión Paquito el Chocolatero.

Y justo antes de las 12 se nos pasó el libro de firmas, donde dejamos una historia escrita, un recuerdo, alguna anécdota, o un simple "te deseo lo mejor en esta nueva etapa que comienzas".
Cuando sonaron las doce campanadas la música se apagó y de repente el cumpleaños feliz empezó a sonar de fondo... era el trigésimo cumpleaños de la novia. Todas la rodeamos para cantar con ella la archiconocida canción del grupo Parchís y la besamos.

Felicitaciones por partida doble...

Y así, con un deseo de felicidad eterno poco a poco nos fuimos despidiendo de ella. Todo terminaba como había empezado el día, con añoranzas... pero esta vez con mas recuerdos acumulados de este día tan dichoso para ella y al mismo tiempo para todas nosotras.

TE QUIERO AMIGA...


viernes, 28 de junio de 2013

Oportunidades Perdidas

Hay ocasiones en las que es inevitable pensar en que has dejado pasar algo importante. Ayer me sucedió algo parecido.
Era por la tarde, yo tenía clase de alemán a las ocho y tuve que ir corriendo porque llegaba tarde a la academia. Cuando estaba justo en la puerta, un mensaje del profesor me indicaba que se había olvidado avisar de que había clase y no tenía llaves, con lo cual estaba con mi otra compañera en el bar de enfrente de la academia tomando algo mientras daba la lección.
A mi me encantan estas clases improvisadas, y las disfruto a tope porque se aprende mucho mejor mientras te tomas una cerveza, y si llevas unas cuantas de mas el alemán sale de lo más fluido.
La clase fue divertida, puesto que mi compañera es enfermera el profesor hizo un temario especial adecuado a su profesión y aprendí cosas tan interesantes como que "das Blutdruckmessgerät" es el tensiómetro. Esa palabreja si la descomponemos viene de das Blut (sangre), der Druck (presión), messen (medir) y das Gerät (aparato). Y es que hay palabras muy sencillas pero otras... de broma siempre decimos que los alemanes se complican mucho la vida, que para decir algo tan sencillo como puede ser un bolígrafo ellos dicen el aparato en cuyo interior lleva tinta.
Puesto que el partido comenzaba a eso de las nueve, todos íbamos con prisas para poder verlo en casa tranquilamente.
Nos pilló en el bar el himno, y mano en el pecho tarareamos la cancioncilla. Recogimos los libros y nos marchamos.
Entonces cuando iba camino de mi casa me dio por pararme en el Corte Inglés, como me pilla de paso decidí pasar un momento a buscar un libro en inglés. Llevo unos días buscando alguno que me guste pero no encuentro apenas literatura inglesa y no se cómo decidí pasar del partido durante unos 15 minutos y buscar un libro. Cuando me acerqué a la sección de libros no había casi nadie, algo normal puesto que ya había empezado el partido, sin embargo entre las estanterías vi a alguien. Un chico de aspecto alemán, muy rubio, incluso con una barba rubia bien recortada, pero de piel mas bien morena y ojos marrones... me llamó la atención verle, no se el por qué. Yo iba buscando el apartado de libros en otro idioma sin dejar de mirarle, entonces me di cuenta que justo él estaba donde yo iba. Miraba cursos de alemán. Entonces mientras yo me agachaba a coger un libro en inglés él miró mi carpeta, supongo que vio mi libro y se me quedó mirando.
A punto estuve de decirle algo, de aconsejarle que viniese a mi academia a aprender...pero nada. Me callé. Simplemente le observé mientras nuestras miradas se cruzaron sin decir nada. Yo leyendo contraportadas en inglés y él buscando algo en alemán.
Un encuentro casual, cuando no esperaba encontrar a nadie, unos libros por medio, un idioma en común, y sin embargo de nuestras bocas no surgieron palabras.
Me quedé quieta durante unos instantes, pregunté al dependiente por si había alguna novedad en otro idioma y tras hablar con él durante un buen rato, observé que el rubio seguía allí, observando pero sin decir nada.
En sus manos no había rastro de alianzas, pero... esas dudas eternas. Pude haber dicho cualquier cosa, haberme hecho la entendida y recomendarle un libro. Pero me callé. Él también pudo haberme preguntado al ver mi carpeta, pero no lo hizo. Y allí quedó todo. Yo salí y regresé a mi casa, vi el partido, sufrí con los penaltis contra Italia y al acostarme recordé su rostro entre los libros.

Quizás no lo vuelva a ver, o quizás algún día me tropiece con él, pero es cierto que cuando las ocasiones pasan y no las aprovechas, después no sirve de nada lamentarse.


Que tengáis un buen fin de semana, yo estaré de boda y esta vez intentad aprovechad esas oportunidades que se os den, porque pocas veces vuelven.

domingo, 23 de junio de 2013

Noche de San Juan

Cada año por estas fechas se celebra la noche de San Juan, noche llena de magia. Quizás haya gente que no crea en todo lo que acontece este día, sin embargo demasiados somos los que acudimos a la llamada del fuego. 
He vivido varios "san juanes" diferentes, he hecho todo tipo de rituales en esta noche y sin embargo, sigo volviendo a aquel que tanto me gusta, el de mi ciudad. 


A las 11 de la noche da comienzo esta tan atípica "ceremonia". Sobre un escenario cercano al río, las autoridades junto al encargado de hacer el pregón, cuentan lo que este día significa. Este año el encargado de hacerlo ha sido Manolo Cerdán, el cual ha explicado todo lo que uno debe hacer en esta noche. 


Nos reunimos cerca del puente romano, para así conmemorar la llegada del solsticio de verano, que como novedad este año hemos tenido una de las lunas mas grandes, ya que en esta noche alcanzaba el punto de su órbita mas cercano a la Tierra, y al ser luna llena hace que se convierta en una luna mucho mas grande de lo normal. 

En el discurso se habla de los tres elementos fundamentales, el agua, la higuera y el fuego. 
Cada uno con sus características especiales y sus poderes. 


El agua, que purifica y limpia, es uno de los rituales por los que primero hay que pasar. De hecho, uno primero se moja ya no solo para obtener los beneficios que ésta nos pueda dar, sino porque parece que tras empaparse uno se quema menos al intentar saltar el fuego. 
En los sitios de playa tienen otro ritual asociado al agua que consiste en saltar las olas del mar de espaldas durante nueve veces, así como bañarse a medianoche. 

La higuera, otro elemento interesante, el cual dice curar los problemas de hueso y espalda que nos puedan surgir a lo largo del año. 
Se ha de pasar por debajo un número impar de veces pero siempre mas de una. 


Y el mas importante de todos los elementos en esta noche, el fuego... debemos quemar en él todo aquello que nos impida ser felices. Podemos escribir un papel donde anotamos lo que deseamos desaparezca de nuestras vidas y arrojarlo a la hoguera. También podemos quemar esos objetos que nos impiden ser libres y disfrutar, en definitiva todo lo que nos haga daño. 


Hay que asegurarse de que los papeles se queman, porque algunos pueden correr la suerte de escaparse y quedarse sin arder. 
Este año no hice ninguna lista, otros años siempre hago dos, una con las cosas buenas que deseas que te sucedan y conservas durante todo el año bien guardada, y otra con todo lo malo que es la quemas. 
Dado los escasos resultados de la que hice el año pasado, hoy simplemente escribí un deseo, un deseo que estaba dentro de mi lista que guardé. No hice ninguna con las cosas buenas, simplemente dejaré que estas sucedan, sin esperar nada. 
Arrojé mi papel, y me aseguré de que se quemase hasta el final. Me percaté de que algunos papeles se habían desviado de su trayectoria y acabaron fuera de las llamas, me pregunto dónde irán... 

Finalmente la tradición manda saltar la hoguera un número impar de veces también. Normalmente se salta unas tres veces, este año no lo hice, simplemente observé cómo lo hacían el resto de personas. 

Los portadores de la llama que prende esta hoguera son un grupo de piragüistas que recorren el río con sus antorchas. Durante el recorrido ponen una música melódica de fondo y mientras recitan conjuros de todo tipo, como "Espíritu del fuego hazte presente y aparta de nosotros la mala suerte..."


Como broche final, unos fuegos artificiales hacen que el cielo se ilumine provocando que todos los asistentes miremos hacia arriba. 


Estos años de atrás, el ayuntamiento preparaba una caseta donde se daba Queimada para todos los asistentes. Era un ritual digno de ver, pues un par de personajes ataviados con unas ropas extrañas, recitaban en gallego el conjuro. 
Sin embargo este año lo han modificado y en lugar de hacerlo así han montado una barra uno de los bares de la zona para aprovechar el tirón y sacar beneficio. 

Siempre hay alguna modificación, pero la esencia de lo que este día significa sigue estando ahí, en nuestros sueños y esperanzas guardadas en un papel, en nuestras desgracias que deseamos ardan, en definitiva en todos aquellos que soñamos con que este día mágico nos cambie el resto del año... 



Recordad una cosa: no todo está en las meigas, los rituales o conjuros de esta noche, muchos de nuestros deseos dependen de nosotros, y por ello debemos esforzarnos cada día por intentar alcanzarlos. 

sábado, 22 de junio de 2013

Día de la mofeta

Supongo que todos conoceréis el tan afamado día de la marmota estadounidense ¿verdad? Por lo visto el origen de este día viene de un método usado por los granjeros de Estados Unidos para predecir el fin del invierno. Se basan en el comportamiento de este animal cuando sale de hibernar.
Parece ser que si la marmota al salir de la madriguera no ve su propia sombra, porque el día esté nublado, dejará la madriguera y esto significa que el invierno acabará pronto.
Si por el contrario, en un día soleado, la marmota ve su sombra y se mete en la madriguera de nuevo, eso significa que el invierno durará al menos seis semanas mas.


En nuestro calendario, hoy daba comienzo el verano, un verano muy atípico puesto que apenas hemos podido disfrutar de la primavera y aun nos estamos resintiendo del frío por algunas partes de España.
Sin embargo, y dado el comienzo de la época estival, yo no voy a denominar este día como el día de la marmota sino como el día de la mofeta. Y lo hago así por varias razones.
La primera es porque hoy es el cumpleaños de alguien a quien tengo mucho cariño y al cual denomino "mofetín".
Hoy me he acordado de él y es que esta misma mañana cuando iba por la calle, me ha sucedido algo muy gracioso. Serían las dos de la tarde aproximadamente, con un calor que hacía que sólo podías ir por la sombra, cuando iba camino a mi casa. No había ningún alma a esas horas, ya que todo el mundo estaría comiendo, cuando de repente un hombre alto y delgado iba caminando delante de mi.
Yo he bajado mi ritmo para no alcanzarle y de pronto oigo un ruido... ese tipo de ruidos que no te esperas oír por la calle.
Mi cara de sorpresa supongo que habrá sido grande, pero mayor ha sido la del hombre cuando ha mirado hacia atrás y me ha visto. Entonces ha acelerado el paso y se ha metido por una callejuela.
Me ha dado tanta risa la situación que he decidido seguirle pese a no llevar mi dirección. Entonces he acelerado el paso y me he metido por la misma callejuela.
El pobre hombre no paraba de mirar hacia donde yo estaba, creo que estaba avergonzado por la situación, y es que no es para menos, porque escuchar semejante pedo en la calle y posiblemente a 100 kms a la redonda pues es para reírse un poquito.
Mi aventura no ha durado mucho, porque el hombre se ha metido en un edificio y no era plan de perseguirle hasta la puerta de su casa, así pues he continuado mi camino.

El por qué me he acordado de mi colega cuando me ha sucedido esto está muy claro y os lo podéis imaginar, quizás a él no le haga tanta gracia leer esto pero a mi me provoca una risa de estas que son contagiosas.
Al llegar a casa me he propuesto hacerle un dibujo, y pese a que no he tenido demasiado tiempo y me ha salido un churro, lo voy a poner. Se trata de la cara de un búho con el cuerpo de mofeta, y es que él es así, medio búho y medio mofeta, tiene lo mejor de ambos animales.


La segunda razón por la que pienso que este día debería denominarse así es otra razón muy obvia, y es que es normal que con la llegada del verano fluyan determinados olores que en inviernos tapamos. 
Llevamos chanclas, los pies van al aire, manga corta, sudamos debido al calor...todo eso hace que cada vez que terminamos el trabajo estemos deseando llegar a casa para darnos una ducha y refrescarnos, pero hasta que eso sucede se dan todo tipo de "olorcillos" característicos, algunos de los cuales muy mofetiles. 
Y la tercera razón por la que creo que las mofetas deberían tener un día es porque son animales muy graciosos y además útiles. Hace poco me di cuenta que su pelo se utilizaba en cosmética, no me había percatado de ello hasta que necesité una brocha y me fijé que había muchos tipos y algunos de ellos hechos con la piel de este animalejo. 


Así pues yo he dado la bienvenida al verano haciendo un homenaje a las mofetas, porque todo animal es necesario y si existe es porque tiene alguna función importante en nuestro ecosistema seguro. 
Por lo tanto, dejo inaugurado así este verano atípico y mientras yo aprovecharé este fin de semana para irme de despedida de soltera a la capital y pasármelo en grande. ¡Feliz fin de semana! 


jueves, 20 de junio de 2013

Últimos exámenes

Llevo unos días un tanto molesta por determinados asuntos. Me agobia el tener que hacer planes deprisa y corriendo cuando se tiene tiempo suficiente para ir haciéndolos poco a poco. Sin embargo eso ha sido una constante en mi vida, el dejarlo todo para última hora.

Desde bien pequeña mi madre me lo decía: "hija, no se qué haces que siempre sales la última de la escuela".
Pues si eso lo hacía ya con 5 añitos, he seguido por el mismo camino.
En ocasiones me siento demasiado controladora, como si lo quisiera tener todo calculado al milímetro y tener planes de reserva por si acaso algo falla. Pero la sociedad actual quizás no lo permite, el hecho de que todo suceda tan rápido, hace que nuestro entorno sea demasiado convulso como para ajustar todo a las conveniencias de cada uno, algo prácticamente imposible.

Cuando me sucede eso suelo sentirme mal, me da pena que de cara al exterior pueda aparentar algo que no es que no lo sea, pero algo que en definitiva no es mi verdadero yo.
Y me estoy refiriendo a preparativos para fiestas, cumpleaños, bodas y todo lo que les rodea.
Reunir a un grupo de amigos ya es difícil, imaginad poner en común los gustos de todos y cada uno...

Nunca he sido demasiado ordenada en mi vida por lo general, pero hay determinados eventos en los que se hace necesario casi preveerlo todo.
Imaginaos una boda en la que falten las alianzas porque quien debió recogerlas no lo hizo, por ejemplo.

Al final todo suele salir bien, de hecho hace poco en una despedida de soltera que tuve, a pesar de que no llevábamos nada preparado y todo se iba haciendo sobre la marcha, terminamos disfrutando, pero es cierto que los días de antes unas y otras nos tirábamos de los pelos pensando en la chapuza que sería todo.

Y en toda esta vorágine de acontecimientos, ayer recibí la llamada de un profesor-amigo de la universidad. Me preguntaba si podía ayudarle a vigilar un examen y yo no me lo pensé dos veces y le dije que si.

Es curioso entrar a ese aula donde tantas veces me examiné y que tantos acontecimientos ha albergado, la de vidas que por ella han pasado y siguen pasando, nervios acumulados, risas y hasta amoríos allí gestados.


Ver a los alumnos sentarse, ponerse nerviosos preguntándome cómo es el examen, las primeras dudas que surgen al pasar por alto palabras o equivocarte al leer, cuando metes algún dato mal en la calculadora y el resultado final no te encaja por ningún lado...
He sufrido con ellos el examen, ese último examen que de suspenderlo tendrían que volver a matricularse el próximo año. He intentado ayudarles, pero hay veces que te miran como el enemigo y no puedes ni sonreír porque ellos piensan que tu cara implica malicia y quizás en algunos casos puede que sea así, pero hay ciertos profesores que intentan hacerlo lo mejor posible y ser buenos.
Hoy me he llevado una grata sorpresa en el examen, un chavalito muy guapete que trabaja como camarero los fines de semana en el bar donde yo voy estaba allí.
Lo mejor de este chico es que físicamente te llama la atención, pero cuando hablas con él es mucho mejor.
Al salir del examen ha venido al despacho del profesor, y no penséis mal... ha venido a ver su examen anterior. Después hemos ido a tomar un café y hemos estado hablando. Me gusta mucho la gente emprendedora, activa y con ganas de hacer muchas cosas pese a las circunstancias que nos rodean.
Me ha contado su proyecto de empresa, sus inquietudes y sus temores como estudiante, esos que todos tenemos, esas asignaturas atragantadas.

Yo con mi forma de ser alocada y dicharachera no he parado de decir estupideces, pero es que hay personas que me hacen sacar esta vena mía y desde que le conocí en el bar y me regaló una piruleta, que aún guardo pero no por cariño sino porque no la puedo comer, me despertó simpatía.

Pero lo que mas me gusta es hablar con ellos, verme reflejada en sus ojos, esas ilusiones aún en ciernes y esas ganas de comerse el mundo nada mas salir de la universidad.
Mi profesor nos contaba que en ocasiones no es necesario terminar los estudios, sino ser valiente y atreverse a enfrentarse al mundo.

Unos cuantos estudiantes chinos me han llamado la atención, llevan unos traductores de diversos colores, parecen maquinitas de videojuegos, yo de hecho mientras los veía pensaba que quizás estarían jugando a los pokemon. Lógicamente también he pensado que en esos chismes pueden apuntarse el temario entero y ni nos daríamos cuenta, pero qué hacer.
Durante el examen he visto a una chica copiar, muy disimuladamente tenía unas anotaciones en una regla con la que estaba dibujando un eje de coordenadas. Me ha resultado tan simpático el percatarme de ello que no le he dicho nada, al fin y al cabo con eso no se aprueba un examen sobre todo cuando es más práctico que teórico.

En el fondo creo que ha sido un buen día, me ha gustado revivir esta experiencia de nuevo y olvidarme por un momento de mis quebraderos de cabeza para ponerme en la piel de los futuros salvadores de la economía...

Nota mental: tengo que ir el fin de semana a cobrarme ese refresco que me debe un camarero muy simpático.

jueves, 13 de junio de 2013

Desconexión Total

He tenido unos días bastante liados, y es que parece ser que en verano el trabajo escasea, y por eso hay que poner un mayor esfuerzo en buscar algo para no estar de brazos cruzados los tres meses.
Estos primeros días de junio he tenido reuniones y hasta una charla donde se nos juntó a varias pymes para asesorarnos sobre publicidad y marketing.
Mi madre me dijo que no fuera sola ya que no iba a conocer a nadie, pero lo cierto es que me gusta bastante ir a los sitios sin llevar refuerzos, porque precisamente asi es como se conoce a mas gente. Pasé una tarde agradable, nos ofrecieron un cocktail de bienvenida que no tuve el placer de probar puesto que de mi grupo llegué la primera y el hombre que nos atendía no paraba de hablarme y no era plan de ponerme a picotear delante de sus narices. Cuando el resto de empresarios fueron llegando, conocía de vista a mas de los que pensaba, incluso la chica que nos daba las acreditaciones había sido compañera mia de la universidad. Casualidades de la vida...
Nos trataron de vender sus productos, cuñas de radio que por lo visto eran de lo mas efectivo en temas de publicidad para nuestros negocios. Yo me reía, ahora con tantos soportes publicitarios y gratuitos como hay, el gastarme 250€/mes por 60 cuñas en una radio local pues como que no lo veo factible la verdad.
Vendían internet y las redes sociales como algo que no llega a la gente... yo tomaba nota mentales y me reía interiormente.
Tras exponernos todo aquello, le ofrecí mi punto de vista y me marché sin mas. A la salida vi como algunos de los allí asistentes picoteaban algo de la mesa camino al ascensor, y sonreía pensando en que les habría sucedido lo mismo que a mi.
El viernes acabé muy cansada, agotada mentalmente y el sábado de buena mañana decidí coger el coche e irme al pueblo. No lo pensé demasiado, solo quería desconectar.

Pues así a lo tonto me quedé tres días, y porque el martes de esta semana me llamaron que volviera. Durante esos días de desconexión casi total, con móvil y portátil en mano por si acaso, escribí algo que os dejaré a continuación y espero que os guste...

"Es por la tarde, de fondo tengo un montón de flores. En la casa de mi vecina que queda justo al lado de la mía, puedo ver el nogal que casi traspasa el muro que nos separa.


Un airecillo mas bien fresco mueve mi pelo y no me deja escribir. Me olvidé el coletero en mi habitación y me da pereza subir.
Unos cuantos perros corretean cercanos a mi y las avispas revolotean arremolinándose entre pequeños charcos de agua.
Tras el sonido de las teclas de mi ordenador oigo el canto de algunos pájaros que no logro distinguir.
Si, estoy en el pueblo.
He venido el fin de semana para pasar unos días con la familia y los amigos. Desde Semana Santa no había venido y lo necesitaba, una desconexión de unos días, sin el ajetreo de la ciudad, y no es que viva en un sitio donde haya demasiado estrés, pero quieras o no se nota.

Antes de llegar, por el camino me paré en un pueblo a visitar a una de mis amigas de la universidad. Ha tenido un niño hace cuatro meses y aun no había podido ir a verlo. Asi que le llevé un regalito y paré un par de horas para acunar al niño, y ver a mi amiga.
El resto del camino no paró de llover, odio conducir mientras llueve, pero qué remedio. Llegué sobre mediodía a mi casa. Nadie me esperaba, no había avisado a nadie de que venía, pero en casa de mis tías siempre hay comida para quien aparece de repente. Y a eso de las dos de la tarde estaba comiendo una rica sopa de cocido en casa de mi tía.
Por la tarde avisé a mis amigos de que ya había llegado y me dispuse a saludar casa por casa a toda la familia, tí@s, primos y animales de compañía.
Reunirme con todas a la vez es un no parar. Tengo 4 tías y cuando todas se juntan y se ponen a hablar es un no parar de risas y escándalos. Mi oído ya está hecho a escuchar sus formas de hablar y mis ojos a mirar de un lado a otro. Los típicos cotilleos de los vecinos y gente del pueblo... ¿A que no sabes quién se va a casar? Pues resulta que la fulatina ahora está con menganito... y todo con apodos, porque sino no nos enteramos de quién es quién claro.
Por la noche reunión con mis amigos, anécdotas y comentarios varios sobre las bodas y despedidas futuras. Cómo pasa el tiempo y como vamos evolucionando...

Y sin embargo yo sigo aquí, en el patio donde siempre venía de pequeña a esconderme, con el viento golpeándome la cara, sintiendo el olor de las azucenas de mi tía que llega hasta donde yo estoy... igual que cuando tenía 9 años, sólo que he cambiado mi libro de El barco de vapor por el mini portátil.


Algunas cosas han cambiado desde entonces, yo antes entre descanso y descanso de la lectura subía corriendo a casa de mi tía a que me diera un vaso de leche o jugueteaba con la fila de hormigas poniéndoles encima las migas de pan del bocadillo que me había preparado mi madre. Eso si, les daba solo las migas que no tenían nocilla, porque sino pesaban mucho y podría aplastarlas... aunque lo cierto es que me gustaba el chocolate y no se lo iba a dar a las hormigas por supuesto.

Ahora cuando voy a casa de mi tía me la encuentro pintando, relajándose de sus tareas matutinas e imaginando figuras imposibles...


Aún sigo viendo peleas de gatos que asoman por los tejados, aunque algunas cosas hayan cambiado. Han construido casas nuevas cerca y el patio de mi tía ha cambiado en parte, aunque esta primavera y a pesar del frío tiene un montón de flores y eso siempre alegra.
De pequeña teníamos un gallo americano y algunas gallinas, recuerdo que me daban algo de miedo. Ahora ya están en la huerta pero lo que si tenemos son huevos frescos a diario.
Y qué decir del pan, ese pan de pueblo. Esta misma mañana salí a dar una vuelta y ver a mi primo que trabaja en la farmacia, por el camino me he encontrado con tres furgonetas en las que ponía el nombre de la panadería. Y al rato ha salido el panadero, con su cuerpo redondo de panadero de toda la vida, gritando:  PANAEROOOOO!!!!  Y al abrir la puerta de atrás, un olor a pan y magdalenas me ha venido a la nariz. No he podido evitar comprarle un pan con la idea de hacerme uno de mis platos favoritos en la noche.


Mientras regresaba esta mañana con el pan en la mano me percataba de las calles, esa calles tranquilas que respiran sabores, esos que salen a través de las ventanas de las casas cuando es hora de comer y las mujeres están cocinando. Olores que te recuerdan a tu niñez cuando corrías con tus amigos o jugabas al balón y desde dentro te gritaban diciendo que pasaras que ya estaba la cena...

Y en homenaje a todos estos olores, como ya decía, esta noche voy a cenar uno de mis platos favoritos: huevo en cata. Tan sencillo como es cortar un trozo de este pan, sacarle toda la miga, freír un huevo, meterlo en el interior, echarle un pelín de sal y meter la miga de nuevo para mojar...


No es bonito, ni tiene una pinta estupenda, pero está rico rico...y más cuando el pan es un buen pan de pueblo y los huevos son recién cogidos de tus propias gallinas, con esa yema tan amarilla.

Durante la noche sucede algo maravilloso... puedo ver las estrellas. Lo único que tengo que hacer es abrir la ventana de mi habitación y empezar a contar. De cuando en cuando aparece algún gato caminando por el tejado de enfrente que se queda observando la luna al igual que yo lo hago.
Donde yo vivo dificilmente puedo ver las estrellas, los edificios altos, las luces y en ocasiones la contaminación hace complicado algo tan sencillo.
Sin embargo en el pueblo es alzar la vista y a no ser que el cielo esté nublado, tienes a tu disposición tantas estrellas como quieras o puedas contar. Y si te fijas, se pueden ver hasta las constelaciones, fácilmente visualizo el carro (Osa mayor) y el Cinturón de Orión.

Y así, con el aire fresco de la noche, el ruido lejano de los grillos y esta noche que me envuelve... cierro el ordenador hasta mañana."

Tras mi escapada, ya estoy de nuevo absorbida en la rutina, en este asfalto que me quema en ocasiones pero que hay que vivirlo lo mejor posible.
Pero esta vez no demoraré demasiado otra visita al pueblo, mas que nada porque dentro de algo mas de un mes tengo una boda por aquellos lares...