jueves, 28 de noviembre de 2013

Acción de Gracias

Hace tan solo unos días, concretamente el lunes pasado, se celebró el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. En las redes encontré este cartel que me gustó mucho y refleja muy bien lo que este día significa.


Estoy plenamente concienciada con el tema y sé lo que representa aunque no hable demasiado de ello. Sin embargo hoy ha sucedido algo que me ha hecho reflexionar.
En las noticias he podido ver como personas, por llamarlas de alguna manera, que han asesinado y violado han ido desfilando mientras salían de la cárcel debido a la derogación de la doctrina Parot. Sinceramente yo no sabía lo que era hasta que hace unos días ha salido en todos los medios de comunicación y he escuchado a los políticos hablar sobre ello. Parece ser que nadie, ni jueces ni tan siquiera el mismo presidente, están de acuerdo en que esto sea así, pero sin embargo no se puede hacer nada. No se quién ha hecho que estas leyes sean las que son pero me pregunto que si nadie está de acuerdo, salvo obviamente los encarcelados, ¿por qué esto se ha llevado a cabo? ¿Quién ha hecho posible que etarras cuyo menor delito es haber asesinado a unas 20 personas, violadores que no han recibido tratamiento alguno y asesinos de niñas entre otras joyas, estén fuera hoy mismo? Yo no lo sé, y posiblemente muchos de nosotros tampoco lo sepamos nunca.
Pero lo que mas rabia me ha dado ha sido escuchar las declaraciones del asesino de Anabel Segura tras salir de la prisión. Con sus maletas, su pelo largo y gafas de sol esperaba que fuesen a recogerle. Tras ver que nadie acudía pidió el teléfono a uno de los periodistas que allí se encontraban y llamó a uno de sus hijos. Mientras le preguntaban él decía haber pagado ya por lo que hizo, que si le hubiera pasado a alguno de sus hijos querría que el culpable siguiera en la cárcel pero que él sentía que ya había cumplido. Me llamó mucho la atención cuando explicaba que no había recibido tratamiento psicológico, que de todos los años que había estado tan solo había visto al psicólogo unos minutos y que no creía que fuera necesario, "si yo quiero ser bueno voy a ser bueno y si quiero ser malo voy a ser malo". Esas fueron sus palabras. A lo que añadió que ahora intentaría regresar a Madrid y trataría de reinsertarse o cobrar el paro mientras tanto, todo ello acompañado de una sonrisa socarrona en sus palabras.

Lo que he sentido tras escuchar estas declaraciones no es indignación, es vergüenza y horror por lo que veo y siento. Cómo una chica que salió a correr por su urbanización esa mañana fue secuestrada para conseguir dinero y cómo tan sólo 6 horas después del secuestro fue asesinada. Al igual que en el caso de la niña de 9 años que salió a jugar en las fiestas de su pueblo... no hay palabras.

Y hoy, unos días después de celebrar el día contra el maltrato a las mujeres ya estaban asesinando a otra chica de 26 años. En el fondo creo que esta sociedad poco a poco la hemos ido haciendo así.
Precisamente en el día de Acción de Gracias norteamericano, donde las familias se reúnen en la mesa para dar gracias por todo lo bueno del año, en España estamos rodeados de injusticias y terribles sucesos.

Mismamente esta tarde cuando volvía del hospital de visitar a una amiga, camino de mi casa un chico bastante mas joven que yo estaba parado delante de una chica que supuse sería su novia y gritando le decía: "llevas toda la semana a tu puta bola asi que ahora no me vengas con historias pedazo gilipollas". Escuchar esas palabras y ver a la chica mirar hacia abajo sin apenas decir nada me ha sentado igual de bien que si me pisan el dedo meñique del pie con un tacón de aguja de 10 centímetros. Me han dado ganas de decirle cuatro cosas al chico pero cuando ella ha visto mi cara de odio profundo me ha hecho un gesto como diciendo "shhhh no digas nada" y me he marchado a mi casa.
Rechazo profundamente este tipo de situaciones, quizás mi carácter me hace ser muy dura y que nadie sea capaz de decirme nada pero prefiero que alguien me tema a que me degrade, eso lo tengo clarísimo.

Finalmente expresar que todo lo vertido aquí es mi humilde opinión sobre temas que veo a diario pero que en días como hoy me han sobrepasado y he tenido que contar. Porque no todo son risas, contar anécdotas y batallas, en el día a día también pasan cosas trágicas a nuestro alrededor y debemos ser conscientes de ello.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Últimas bodas

Los últimos eventos del año han sido dos bodas, una el fin de semana anterior y otra el pasado sábado. Con esto he terminado mi odisea de 7 bodas en un año. Espero que no venga nadie diciéndome ahora que se casa en Navidad, claro.
A lo largo de la semana me han sucedido muchas cosas pero he ido dejándolo todo para el último día y ahora se me acumulan las ideas en la cabeza sobre lo acontecido.
La boda de la semana pasada fue especial, la típica boda rural donde te reencuentras con todos los familiares de nuevo, los que viven lejos y los que no sueles ver a menudo. Te quedas con la sensación de que hay algunos que no sabes si volverás a ver, al menos vivos. Parece un poco trágico pero hay veces que es cierto.
Lo bueno de estas bodas es la comida, bueno y ver a la familia claro, pero de todas las que he tenido este año ha sido la mejor. Nada de canapés minúsculos a la entrada, unos buenos platos de jamón ibérico, varias clases de queso, lomo, y cualquier tipo de cocktail que quisieras pedir.


Y un menú contundente con su plato de marisco, pescado, carne, postre y demás agasajos bebibles. Ese día hizo muchísimo frío, tanto que dentro de la Iglesia estuvimos cerca de dos horas porque éramos incapaces de salir fuera hasta que no terminaron de fotografiarse los novios.
Las bodas por la Iglesia últimamente me parecen sacadas de shows y lo cierto es que a mi me gustan pero si veis a éste buen hombre decirle al novio que tenía que decirle a su mujer cada día lo de "mi tesorooooo" con voz de Golum del Señor de los Anillos... hubo instantes que me costaba no parar de reír, pero en el fondo son anécdotas graciosas que luego los novios recordarán porque se verán en el vídeo de su boda mirándose y gesticulando mientras piensan si el cura se ha bebido el vino antes de tiempo.

Mi afán en esta boda era lucirme un poco ya que me había comprado un vestido que me gustaba mucho, durante dos semanas había estado buscando sin encontrar nada y de pronto y sin pensarlo encontré algo que me quedaba bien, con un precio justo y encima en una talla menor a la que acostumbro a usar, lo cual te hace sentirte estupenda. Cuando salí de mi casa con el vestido y arreglada mis tías y mi madre no paraban de echarme piropos y decirme que si no ligaba hoy ya lo tendría difícil.
Y con ese sentimiento de sentirte bella y esplendorosa aun no habiéndote arreglado en demasía, sales a la calle contoneándote y es cuando el tiempo te destroza el peinado y el viaje en coche hasta el lugar de la celebración te arruga el vestuario. Así pues cuando llegué a la comida parecía sacada de un túnel de lavado. Hice lo que pude y me compuse un poco en el baño, pero como acostumbro a decir... de donde no hay no se puede sacar. Y es que yo siempre pienso de mi que no estoy nada mal, pero si me cogiera un estilista, peluquero y maquillador profesional sería un auténtico bellezón, aunque para lo poco que me arreglo y en cinco minutos pues voy tirando.
Entonces nada mas llegar al salón le vi, un chico altísimo, rubio y de ojos claros que sobresalía por encima de los demás. Creo que me enamoré al instante pero al ir con mis padres, tías y familia al completo me daba cierto reparo el acercarme. Le observé antes de sentarnos a la mesa y me pareció ver que no iba con nadie, lo cual me alegró, pero era obvio que un chico como ese no debía estar solo. Cuando fui a pedirme mi Martini Rosso a la barra me lo encontré. Yo estaba con una prima que era de allí y le pregunté si le conocía de algo, me dijo que no pero acto seguido y tras ver mi interés ella preguntó al chico que estaba a nuestro lado. El cual nos dijo como se llamaba y que estaba soltero. Datos mas que suficientes para iniciar una conversación. Entonces me lo presentaron. Yo con mi tacón de unos 10 cms no hizo falta que tuviera que empinarme para darle dos besos y decirle algo así como "oye, cuando quieras nos echamos un bailecito". Vale, lo sé, muy cutre, muy pueblerino, pero el ambiente y el no esperar encontrarme con alguien así no me estimuló ninguna frase de película con la que conquistarle. Claro, ante aquel engendro que era yo en ese momento, el chico no pudo mas que sonreír y alejarse tímidamente, pero yo ya estaba contenta.
A lo largo de la comida fueron continuas risas a cargo de la mas cachonda de mi familia, mi tía a la que yo llamo con cariño la cabra loca. Ella es capaz de ligar con el DJ antes de empezar el baile, o de preguntarle al cura invitado también a la comida su edad porque decía parecerle muy majo y joven. O frases tales como la que cuando al servirnos el postre, que era una especie de natillas con galleta y encima una bola de helado, dijo al ver pasar a la camarera que iba poniendo chocolate blanco derretido encima del helado sin cortarse ni un pelo: "¿esto es semen verdad?" Pues si, esa es mi tía.


Durante el baile lo pasé en grande, nos divertimos mucho y aunque me crucé varias veces con mi príncipe rubio, no hubo ningún otro contacto hasta que salí fuera a ver donde estaba mi padre. Entonces me lo encontré sentado fuera del salón de baile junto al chico guapo. Mi sorpresa fue mayúscula, ambos, mi padre y el chico, en el mismo sillón sin dirigirse la palabra, simplemente descansando uno y el otro aburrido.
Yo empecé a hablar con mi padre mientras él miraba de reojo y fue entonces cuando apareció mi tía revolucionándolo todo de nuevo. Cogió al chico por banda y le sometió a un tercer grado, lo único que le faltó preguntar fue su número de teléfono y si tenía twitter. En ese momento me dio tanta vergüenza que me quedé sin saber qué hacer o decir y simplemente me la llevé de allí y pedimos otra copa.
No se qué pensaría de mi, pero al menos de mi familia creo que ya tuvo suficiente. Y terminó la velada así, sin más, yo acabé ligando con un ex pretendiente de 50 y tantos de mi otra tía que decía tener un hijo de mi edad y querer presentármelo. Con esa excusa me pidió mi teléfono varias veces y yo me limité a apremiar al camarero para que terminase de servirme mientras le veía sonreír tras los hielos.

A raiz de todo lo que pasó en la boda, esta semana me ha dado por pensar en mis reacciones frente al género masculino. Hubo alguien que me dijo que me faltaba chispa y que debería recibir clases de seducción. Comentario que tuvo sus consecuencias, sin embargo una parte de mi sabía que aunque no tenía nada de razón, lo que pasaba es que había sufrido un cambio de unos meses a esta parte. Mi forma de actuar es muy diferente a como solía ser antes, con las mujeres no me pasa pues me comporto tal cual soy ajena a ningún tipo de miedo o sin tener que pensar las cosas dos veces, pero con los hombres no me pasa. y aquella chica que con 25 años se comía el mundo y gesticulaba y hablaba como si el ligotear fuese intrínseco en ella, 5 años después está apagada y sin ganas.

Me duele que algo que tantas veces me han dicho acerca de mi forma de ser y la chispa que llevo dentro se haya ido apagando poco a poco por el sufrimiento y las puñaladas traperas al corazón. A mi que me decían que tenía mas chispa que la coca cola y que era capaz de resucitar a un muerto bailándole lo que me pusieran... ¿dónde quedó esa persona? Muchas veces me lo pregunto.
Hay días que la veo en el espejo, pero la mayoría de las veces no la encuentro. Mis amigas dicen que está ahí, que la deje salir, que necesita respirar, pero quizás yo no quiera hacerlo. Es complicado.


Pero ya se terminaron las bodas por este año, ya vuelvo a ser yo, la de la rutina de cada día, la que sin buscar nada lo encuentra. Simple y llanamente Gema, la de antes, la de ahora... la de siempre.


jueves, 14 de noviembre de 2013

¿Y si es para siempre?

Hace poco me topé con esta pregunta así de repente y de casualidad, como suceden las cosas.
¿Y si es para siempre?
Yo haciendo mis típicos chistes sin gracia pregunté si se refería a la hipoteca, pero quien lanzó esta pregunta me respondió algo que me hizo pensar y me dejó pensativa largo tiempo.

De sobra sabemos que hay multitud de cosas que no son para siempre, porque nos empeñamos en mirarlo de este modo, todo tiene un final incluso la vida misma.
A la cabeza me viene la canción de Cómplices titulada Nada es para siempre, quizás la recordaréis de años atrás cuando salía en una serie de televisión de adolescentes.


Sin embargo ese nada es para siempre hay ocasiones que puede convertirse en todo lo contrario, y por eso cuando le pregunté a Julián, que fue quien lanzó esta pregunta al vacío, y me respondió "el amor no correspondido", algo dentro de mi se estremeció.
Porque hablamos muy a la ligera sobre la fugacidad de las cosas, del tiempo, del cariño, de los acontecimientos que mas nos gustan en general, pero poco se dice de aquellos sentimientos que permanecen dentro de nosotros y es imposible borrar. ¿Y si son para siempre? Esa especie de tatuaje en el corazón que aunque con el tiempo se difumine permanece.
Sinceramente no lo se, no sabría decir cuál es la solución a algo que deseas borrar y no puedes, porque creo que sí hay cosas que duran para siempre.

Hace un par de días fui a comprarme unos zapatos para la boda que tengo este fin de semana. El hombre de la tienda que me conoce desde hace muchos años por mi anterior trabajo, me preguntó cuándo volvería a estar de nuevo cara al público diciéndome que mi sonrisa se echaba mucho de menos. Yo agradecida me quedé un ratito hablando con él y me acabó contando una bonita historia que yo desconocía, cómo conoció a su mujer.
El hombre de 84 años me relató que recordaba perfectamente el día y la hora que había conocido a la que fue su mujer. En las fiestas de un pueblo me dijo, la vi bailar y no lo hacía mal asi que pensé que sería para mi. Fuimos once meses novios y nos casamos. Me contaba que no entendía el por qué ahora la gente era novia durante tanto tiempo sin casarse, con lo bonito que era vivir esa experiencia.
Y así, hablando durante un rato largo me quedé pensando en la boda que tengo el fin de semana y en esos recuerdos que permanecen imborrables en nuestros corazones.

Me quedé pensando que a veces, muchas, tengo la sensación de hablar demasiado, de meterme donde nadie me llama y acabar teniendo una conversación con el vacío.
La gente en general se cansa de darte respuestas, de explicarte su vida y de escuchar tus consejos. Porque en el fondo los únicos consejos que se siguen la mayoría de las veces son los propios tropiezos contra las piedras. Y tan solo de repetir las caídas es cuando vas aprendiendo, pero poco mas, porque somos así de brutos y nos gusta aprender en nuestra propia piel.

Ahora cada cual que piense lo que quiere que de verdad sea para siempre y trate de retenerlo con todas sus fuerzas. Yo me quedo con mi sonrisa, algo que parece como si no tuviese demasiada importancia pero que en ocasiones te da la vida.




viernes, 8 de noviembre de 2013

Dependientes y Clientes

Esta semana me he quedado asombrada con la actitud de determinadas personas que trabajan de cara al público. Yo siempre he trabajado atendiendo a clientes y debido a ello valoro enormemente el trato que las personas recibimos cuando vamos a determinados sitios.
El martes fui a comprar al mercadona con mi madre, no iba a decir el nombre pero fue tan desagradable lo que me ocurrió que me importa un bledo darles publicidad, en este caso no muy buena.
Estábamos en la sección de pescadería, últimamente tienen mas ventas debido a la publicidad que llevan haciéndose meses atrás con lo de que el pescado viene de lonja directamente. El caso es que es cierto, antes el pescado olía peor y la pinta no es que fuera muy buena, ahora tras un lavado de imagen han recuperado clientela. La cosa es que estábamos las dos allí, en ese momento no había nadie mas, estaba atendiéndonos el pescadero en ese momento, cuando la pescadera apareció de repente con un cubo con agua y hielo para ir esparciéndolo por encima del pescado. Claro, no podía esperarse a que nos fuésemos porque parece ser que las pescadillas y boquerones necesitaban urgentemente del hielo y agua para seguir brillantes. Nos retiramos un poco para que hiciera su trabajo cuando de pronto el cubo se le escapó de las manos y todo el agua que había dentro cayó al suelo. Yo que tengo reflejos de spiderman pegué un salto y conseguí que no me llegase, pero de no haberlo hecho el pantalón se me hubiera empapado por completo. Mi madre que no tiene ya la habilidad que yo para hacer el salto de la rana, le salpicó en la pierna y fue cuando dijo: ¡¡uys, qué fría está!! Pero la pescadera con cara de malas pulgas se dio la vuelta y marchó sin decir nada. Su actitud me molestó tanto que le dije a mi madre que nos fuésemos sin terminar de comprar. El pescadero al verme la cara me preguntó qué pasaba y le contesté sin pelos en la lengua que si le parecía normal que tras lo que había hecho su compañera no hubiera ni siquiera pedido disculpas. Que a mi no me había mojado porque pegué un salto pero a mi madre si, y aunque no lo hubiera hecho al menos un perdone hubiera estado bien. Dicho esto cogí y me fui con mi madre sin decir adiós al igual que ella había hecho. Estando en las verduras de pronto viene la pescadera y acercándose a mi madre le dice: discúlpeme, no sabía que le había mojado, lo siento. Yo no dije nada, pero lo cierto es que esa actitud suya me enervó tanto que preferí callarme porque cualquier palabra que soltase no iba a ser buena precisamente.
Si, todos tenemos fallos pero si trabajas cara al público lo suyo es que te des cuenta de lo que haces antes de que tu encargado te eche la bronca, porque eso fue lo que pasó. Dio la casualidad de que cuando yo estaba diciéndole eso a su compañero, la encargada de su sección lo estaba escuchando todo, tras la reprimenda que supongo le echó, la pescadera perdió el culo para venir a disculparse, pero a mi no me sirvió de mucho, para mi ya tienen un punto negativo en su expediente.

Al día siguiente tenía pedida cita en mi centro de salud con la enfermera para que me suministrara tiras reactivas para mi glucómetro. Me cambiaron mi enfermera habitual puesto que está de baja y me pusieron una nueva que parece ser no solo ha venido a hacer una sustitución sino a cambiar todas las normas que la anterior tenía. Me pidió que debía llevarle las anotaciones de mis controles diarios a lo que yo me negué puesto que ese trabajo es de mi endocrino, no suyo. Ella alegaba que puesto que era ella quien me suministraba las tiras debía saber el número de controles diarios que me hacía para calcular el número de tiras, a lo que yo respondí con una carta de mi endocrino donde le decía lo que yo necesitaba. Aún así le llevé el aparato para que viera los controles. Se lo deposité encima de su mesa y le dije: ahí lo tiene, si le da al botoncito puede ver los controles. Y ella mirándome con mala leche y sus guantes de látex azules mientras tecleaba en el ordenador seguramente alguna nota del tipo "paciente conflictiva" no tuvo otra que decirme que ella no tenía tiempo para estar mirando los datos de mi aparato. Obviamente no sabía utilizarlo. Me parece tal atraso que tenga que llevarle un papelito a una señora cuyo trabajo no es el de saber cómo me encuentro de salud puesto que no me va a cambiar la medicación, que no pude otra cosa que ponerme de malas pulgas con ella y empezamos a discutir en plena consulta. Ella diciéndome que no tenía tiempo de hacer eso, yo respondiendo que tampoco lo tenía para estar discutiendo con ella. Al final en un ataque de ira y tras varios comentarios malintencionados suyos acabé diciendo que dejara de comer acelgas y se pasara al brócoli, a ver si así le cambiaba esa cara. Cuando terminamos de insultarnos mutuamente me dio las tiras y me largué a la administración a pedir un cambio de enfermera. Me dijeron que para ello debía cambiar de médico y que llevaba un tiempo todos los trámites. Mi doctora es genial y lo cierto es que no quiero cambiarla asi que mucho me temo que el mes que viene volveré a tener otra cita con esta señora y su cara de acelga.
Pero mi semana no acaba aquí. Estos días por las tardes me he dedicado a salir a buscar un vestido para la boda que tengo la semana que viene, si otra y ya van 7, y aquí ya si que me puse de una mala leche como para matar con la mirada. Y es que no hay cosa que mas me moleste que estar en un probador y que la dependienta me abra la cortinilla mientras estoy desnuda para preguntarme qué tal me queda. Mi estrategia en determinados comercios donde se que esto suele pasar es poner a mi madre tipo segurata ante la puerta del probador, pero lo que hace es que mientras yo me estoy probando las prendas ella se va por ahí a mirar mientras tanto alguna otra cosa que pasarme y es ese momento el que aprovecha la dependienta para meterse y verte en pelotas, que te dan ganas de decir: ¿te gusta lo que ves? ¿Quieres meterme aquí conmigo? Yo siempre les miro con cara de odio profundo y echando chispas con los ojos y les digo: estoy desnuda, ¿puedes dejar que me vista por favor? A lo que siempre responden con un "si si, perdona." Pero no perdono, no me gusta que la dependienta de turno me vea en ropa interior y con ello los clientes que en esos momentos andan por ahí porque no es que abran la cortinilla un poquito y despacio no, es que abren como si estuvieran espantando mosquitos en pleno mes de agosto, con aspavientos incluidos.

Finalmente encontré mi vestido, en un centro comercial donde la señora que me atendió no me molestó en absoluto, hizo todo lo posible por atender mis necesidades y el probador tenía un cerrojo el cual me dio seguridad. Acabé feliz de encontrar lo que quería y contenta por cómo me queda, ya solo falta lucirlo en la boda y bailar mucho con él.

Tan solo una reflexión en forma de imagen:


Como se suele decir, el cliente siempre lleva la razón, se que en ocasiones esto puede no ser cierto pero por favor, si trabajas de cara al público hazlo con respeto y siendo agradable, solo así se consigue que los clientes te respondan de la misma forma. Gracias.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Falsas Ilusiones

Poco se habla de los comienzos de una ilusión o del recorrido que ésta ha de seguir hasta convertirse en un hecho palpable. Pocos son los que se atreven a juzgarse ellos mismos tras los fracasos de esos sueños que aun pudiendo haber sido nunca fueron.
Porque es muy fácil echar la culpa a los demás sobre todo cuando todos los de tu alrededor te dan la razón, TU razón, porque normalmente no suelen preguntar la otra versión de los hechos, la del otro 50% del conflicto.
Sin embargo las ilusiones son tan etéreas que cuesta incluso hasta creérselas cuando comienzan a hacer frente a una batalla en tu interior.
En realidad si hay algo que de verdad me molesta son las falsas promesas, esas cosas que se dicen y te crees a pies juntillas porque en el fondo la ilusión domina tu razón, y siempre piensas aquello de "podría volver a intentarlo" pero cuando las historias bonitas se quedan en simples historias no pueden ponerse puntos seguidos en aquello que nace y antes de crecer ya está muriendo. Entonces es cuando la confianza comienza a debilitarse y empiezas a mirar de reojo y algunos te preguntan porqué llevas la escopeta cargada siempre y sabes que quien te conoce de verdad sabe la respuesta. No sirve de mucho juzgarse a si mismo si no se aprende de los errores cometidos, de saber que las exigencias se pagan caras y de guardar en la memoria las palabras antes de que se las lleve el viento. A diario leo eso de "lo mejor es no esperar nada" pero pienso: ¿y quién no lo hace? ¿Quién no vive esperando aunque solo sea el autobús? Siempre esperamos algo y en todo tipo de situaciones, esperar a que te cobren en la cola del supermercado, esperar tu turno en el médico para que te de una noticia, esperar a que se termine de hornear ese pastel que hiciste... esperas de reloj algunas o esperas de corazón otras. Las primeras se asumen fácilmente, las segundas cuesta digerirlas sin tener alguien a tu lado amenizándote esa espera. Quien espera desespera dicen, pero quien no espera es porque nada desea.
Y con el tiempo esa espera se hace cada vez mas larga o mas corta según se mire. Porque las ilusiones se apagan y la vida sigue. Y aparecerán otras, ilusiones digo, al igual que personas, pero no todas interesantes sino mas bien interesadas. Aprovéchate de mi, dijiste un día, como tantos otros hacen. Y si lo hubiese hecho, ¿qué ganaría? No, prefiero confiar en quien me lo demuestra día a día, porque las palabras se las lleva el viento, incluso las escritas. Las tuyas como tantas otras ahí quedaron aparcadas, y quizás aún te preguntes el por qué he perdido la fe y podría responderte, pero creo que la respuesta no está en mi, esta vez no o al menos no toda. Porque cuando conoces a alguien por primera vez y crees sentir algo, un ligero escalofrío recorre tu cuerpo, si además surgen charlas amenas pues encuentras mas motivos, pero cuando de repente de un día para otro dejas de tener noticias, dejas de saber algo para pasar a nada, entonces piensas muchas cosas, entre ellas el tan típico: ¿qué habré dicho? Pero no, ya no soy yo, mas bien es otra. Y me encantaría que hubieras tenido valor para enfrentarte a mi y decirme lo que ocurría. Luego mi imaginación portentosa, de personas como tú se engrandece cada día. Porque si hay algo que tengo yo es que voy de frente, pese a quien pese, y digo lo que siento y pienso aunque a veces haga daño. Puede ser tan malo como bueno pero es mi ser y así te lo dije.
Sin embargo todo aquel que se muestra con cara de no haber roto un plato es quien quizás hizo añicos la vajilla entera, y como yo no soy de usar mucho el pegamento pues me compro otra nueva. Que te aproveche aquello que encontraste, si es que así ha sido, puesto que todo son suposiciones mías, pero yo hoy me dediqué a hacer magdalenas de chocolate, porque si y porque soy la repera.
Y he aquí mi receta:
4 huevos (en mi caso dos pares de ovarios bien puestos)
1/2 kg de harina
aceite y leche en partes iguales (el primero de oliva y la leche según los ánimos pero mejor buena que mala)
azúcar al gusto (yo es que soy mas de sacarina)
chocolate (mucho y del bueno, porque lo que sobre con pan está de vicio)

Y así, puse todo mi amor en este postre que mañana tomaré como desayuno, pero que no te preparé nunca, no a ti, quien sabe si a algún otro, mas ya no cabe ninguna espera.


Y recuerda muy bien esas palabras que dijiste: "La convivencia es difícil, claro que sí, pero el amor mueve montañas. El cariño y la empatía facilitan mucho las cosas. Cuando te enamoras, cuando sólo piensas en hacer feliz a la otra persona, las rutinas se pueden modificar, las manías se pueden superar o verlas con cariño, como algo singular y que hace única a tu pareja."

Espero de todo corazón que esas palabras tuyas tan bonitas puedas hacerlas realidad, pero recuerda que en una relación el ir siempre con la verdad por delante vale mucho mas que todas esas promesas incumplidas.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Día de Todos los Santos

Los cementerios son lugares inquietantes. Bien es cierto que no es lo mismo ir cuando anochece y ves sombras por todos los rincones que ir cuando aún está el sol fuera.
Hoy aproveché para ir cuando el sol ya caía, no porque quisiera encontrarme con algún alma sino porque al ser fiesta me levanté tarde y no pude ir antes. Lo primero que te llama la atención cuando vas al cementerio de Talavera es que está realmente cerca de la universidad, de hecho cuando estudiaba allí recuerdo que en época de examenes y a modo de broma entre los amigos comentábamos que la universidad se había construido cerca del cementerio para una vez acabada la carrera nos llevasen allí directamente.
Esta tarde a la entrada un olor a castañas asadas nos daba la bienvenida, un tenderete de higos, nueces y castañas me sorprendía.


Se me ha hecho un poco raro ver a la gente comprar higos y nueces y mas aun verlos comer mientras estaban delante de las tumbas. Me ha dado por pensar que también podrían haberse puesto a comer pipas y a contar chistes.
Lo cierto es que no deja de ser un lugar donde predomina el respeto. Hay personas que se visten de fiesta para ir a llevar las flores y visitar las tumbas, otras sin embargo se ponen el chándal de domingo y como si fuesen de paseo mientras comentan la jornada futbolística.
Hoy no reparé en nada en concreto, no fui buscando nada que me pareciese extraño. Los cementerios grandes es lo que tienen, que te diriges hacia la tumba donde se encuentran tus familiares y lo único que ves es lo que te encuentras por el camino.


Y en ese camino hubo algo que me llamó la atención, la disposición de algunas lápidas, no todas en el mismo sentido sino que había algunas tan sumamente apretadas que no sabía muy bien cómo habrían puesto los familiares las flores. También me percaté de que algunas estaban situadas al revés que el resto, mientras todas miraban hacia un lugar determinado, en esa misma fila una se encontraba mirando para el contrario. Por curiosidad he leído qué ponía en una intentando vislumbrar algún secreto del porqué se encontraba así, pero no he visto nada raro. Y entonces en una de ellas he visto una especie de librito escrito en francés.


"Si la vie n'est qu'un passage, sur ce passage au moins semons des fleurs" En ese momento no sabía qué significaba puesto que no se demasiado francés, pero al llegar a casa he leído la traducción "Si la vida es un paso en este pasaje, por lo menos sembrar flores". Y me ha parecido una frase preciosa por todo lo que significaba y cómo unía la vida con la muerte o al menos las asociaba.
Por el camino a la lápida de mis abuelos he reparado en las tumbas más antiguas, aquellas que ya no tenían flores, estaban rotas y permanecían encerradas entre barrotes de hierro a modo de cárceles.


No se muy bien de qué año eran pero si que en mi mente he pensado el porqué antes les ponían esas rejas adornadas rodeando los ladrillos y sin embargo ahora unos grandes bloques de mármol los habían sustituido. ¿Quizás temiesen que esas almas fuesen a escapar? Quien sabe...

En los contenedores había flores marchitas y flores de plástico que no marchitan nunca, flores que posiblemente esta misma mañana habían sido retiradas para dar paso a otras nuevas. Y entonces he tenido una idea. ¿Por qué no coger esas flores que nadie quería para ponerlas en aquellas lápidas que nadie iba a visitar? No creo que nadie se molestase por tal hecho y así lo hice. Cogí un ramo semi nuevo de flores blancas y en cada tumba vacía que me encontraba por el camino fui dejando una rosa de plástico y mis mejores deseos, allá donde cada cual estuviese.
Por un momento me he sentido una especie de Robin Hood del cementerio puesto que esas flores probablemente eran de las tumbas mas acaudaladas y ahora era yo la que pasaba a depositarlas en las más pobres.
También están los mausoleos y panteones, grandes tumbas de grandes personajes que han gastado enormes fortunas. Uno de los panteones mas llamativos en todo el cementerio es el de un gitanillo. En la tumba aparece un chico junto a un perro. Tiene tantísimas flores que es difícil de leer las inscripciones y muy complicado colarse puesto que cuando se junta todo el clan para rezar, no hay quien atraviese ese panteón.
Últimamente he leído en el periódico que se va a crear un cementerio nuevo, porque ya no hay huecos suficientes, pese a tener nichos libres, que quieren hacerlo al estilo americano para no dañar tanto el paisaje, es decir, enterrando las tumbas bajo el césped. No se si los oriundos podrían acostumbrarse a eso, pero seguramente serán las nuevas generaciones quienes lo utilicen de llevarse a cabo.
Hoy mismo escuché en la televisión que últimamente los casos de donar el cuerpo a la ciencia se están viendo aumentados, ya que los costes tanto del entierro como de la incineración suelen ser demasiados altos para algunas familias y no pueden asumirlos. Se me hace extraño pensar en este tipo de cosas que parece que nunca nos van a llegar.

Y lo que mas recuerdo de este día son los olores. Os parecerá curioso pero pese a estar todo inundado de flores no me olía a primavera. Cada pasillo lleno de lápidas me recordaba a un olor diferente, en uno mi nariz me decía que olía a palomitas, en otro a humedad de casa vieja de pueblo, en los mas cercanos a la salida era inevitable el oler a castañas asadas, incluso a gominolas en aquellos donde había niños... pero no olía a flores. Me inquietaba ese hecho, cómo un lugar lleno de todo tipo de flores no era capaz de sugerirme ningún olor en concreto, quizás era por el cúmulo de ellas o simplemente porque las flores que no se abren en primavera no huelen igual.
Y el inevitable olor de los cipreses, que rodean las paredes y las puertas de entrada y salida. Estos árboles que están presentes en nuestros cementerios se consideran un símbolo de la unión entre el cielo y la tierra.
Al ciprés se le denomina "árbol de la vida" porque dura mucho tiempo y en los duros inviernos su verdor siempre resplandece ya que no pierde sus hojas. Por este motivo los cipreses representan la esperanza de la vida mas allá de la muerte. Aunque hay numerosas leyendas sobre estos árboles.

Al salir del cementerio un coche fúnebre hacía su entrada, con todos los familiares detrás tapados con pañuelos y gafas de sol que ya no hacían falta. Sus llantos se mezclaban entre las risas de los que allí habíamos acudido a venerar a nuestros fallecidos muchos años atrás. Debe ser curioso ser enterrado el mismo día que el cementerio está lleno, nunca un muerto ha debido de tener tantos espectadores.


Y así, sin más, la vida sigue, mientras unos mueren y otros siguen viviendo.