lunes, 7 de abril de 2014

Tiempo

Hoy alguien me dijo que alucinaba con la capacidad que tienen ciertas personas de invertir tiempo en completos desconocidos.
Parece una frase sencilla, que no entraña nada más que lo ahí expuesto, pero me he quedado pensando detenidamente en ella y me he asombrado del trasfondo de esas palabras.

Dicha frase venía a colación de que hace unos días me pasaron un texto para que lo leyera y diera mi opinión. La verdad es que no soy la típica persona a la que pasas un libro y te lo devuelve diciendo "si, está bien" porque no lo considero apropiado. Cuando alguien se esfuerza en plasmar su imaginación en las interminables hojas en blanco, los lectores apenas nos damos cuenta de todo el proceso que eso conlleva y cuando lo terminamos simplemente pasamos a juzgarlo sin ver más allá o intentar comprender lo que el autor quiso expresar con esas palabras.
Cuando empecé a leer lo que me pasaron no paraba de señalar palabras en rojo, poner "bocadillos" con pequeñas anotaciones y explicar el porqué yo lo veía así mejor o peor. Invertí tiempo en preguntar a gente sobre expresiones, busqué en la RAE significados de palabras desconocidas, pregunté a un par de amigos sobre el uso de determinadas palabras escritas en otro idioma e incluso hablé con una doctora sobre el comportamiento de algunos músculos y reacciones del cuerpo humano.
Lo cierto es que no tengo mucho tiempo para nada, el trabajo acumulado y mis múltiples aficiones me llevan a un continuo desastre espacio-temporal en el cual nunca acabo mis tareas o si éstas son muy urgentes, las suelo terminar con la antelación suficiente para que no me reclamen nada.
He aprendido a restarle horas al sueño, de hecho creo que cuando entra por la puerta de mi habitación lo hace de forma sigilosa y pidiéndome permiso para quedarse acurrucado a los pies de mi cama y esperar a que yo le indique que se pose sobre mi almohada.

Hace algo más de un año, cuando apenas tenía ánimos ni tan siquiera para llorar, la gente se esforzaba mucho en decirme que debía darme tiempo, que esperase a que todo se calmase, que ya aprendería a olvidar. Y sinceramente, nunca lo he considerado. El tiempo no cura nada porque hay hechos que siguen estando presentes dentro de mi incluso a diario, y lo que me salva de esos terribles sentimientos es precisamente ocupar ese tiempo. Ocuparlo en personas que pese a ser desconocidas me dan vida, aunque me roben horas de sueño cada noche.
Todo esto lo escribo con unas pequeñas lágrimas en los ojos que aún se me escapan sin poder poner remedio, pero es que siento cada una de las palabras que digo o escribo.
Como dije una vez por aquí, creo realmente en las cadenas de favores, y a mi no me cuesta mucho leer algo que me supone un entretenimiento y a la vez comentarlo si con mis comentarios puedo ayudar a alguien.
A veces me dicen que soy hiperactiva, que no puedo parar de hacer cosas, que no saben de dónde saco el tiempo para tanto... lo cierto es que si fuera una persona organizada sé que podría hacerlo mejor y no dejaría a medias tantas cosas como dejo, pero si se puede ayudar en algo, con poquito que sea ¿por qué decir que no?
Este fin de semana lo he pasado en casa, mis amigas tenían otros planes y yo decidí tomármelo con calma y quedarme leyendo. Además a mi madre se le antojaron torrijas y el sábado a eso de la una de la madrugada ahí estaba yo, batiendo huevos mientras ella veía el Sálvame deluxe y mi padre dormía.

Tengo que decir que mis torrijas quedaron estupendas, como no tenía pan pues las hice de bizcocho y no un bizcocho cualquiera sino uno de dos sabores, chocolate y vainilla. Luego las metí en leche, huevo y al aceite. Tardé cerca de dos horas y media en prepararlo todo pero ¿qué importa el tiempo cuando ves la cara de tus padres por la mañana con el desayuno servido?

                  

Por eso me niego a permanecer durante horas sin hacer nada, porque en ese nada hay muchas cosas y ninguna buena para mi mente inquieta.
Quizás yo también podría escribir, sentarme delante de un ordenador y empezar a soltar mogollón de chorradas, como lo que hago por aquí pero con pinceladas de literatura bonita.
Supongo que me podría poner a hacer tantas cosas... y sin embargo en mis noches para evitar que los recuerdos me inunden me dedico a hablar con las personas, gente que pese a ser "desconocidos" se encuentran en un estado de insomnio como tú. Compartimos ideas, sentimientos, frustraciones, alegrías y a veces incluso aprendemos cosas, porque os aseguro que no hay noche que me vaya a dormir sin saber algo nuevo.

Entonces cuando me dan las gracias por algo, yo siempre las devuelvo y pienso: en realidad la agradecida debería ser yo, por confiar en mi dejándome leer algo que has escrito, por ayudarme cuando me siento mal cada noche, por preguntarme cómo te encuentras, por querer saber algo más de mi, por hacerme reír cuando quizás solo deseo llorar, por estar siempre ahí cuando te he necesitado.
Desconocidos que te llegan a tocar el alma, cuando apenas creías que seguías conservándola.

¿Tiempo? El tiempo lo marcamos nosotros, tú, yo y en definitiva la vida que nos rodea. Ojalá pudiera alargar las horas a los días, o en mi caso alargárselas a las noches, que son las que más juego me dan a la hora de leer y escribir. Ojalá pudiéramos chasquear el dedo y hacer que el tiempo pasara tan rápido como fuera posible en aquellos momentos incómodos que no deseamos vivir.
Sin embargo, el tiempo es siempre el mismo. Por mucho que queramos un día tendrá 24 horas, una hora constará de 60 minutos y un minuto de 60 segundos, ni uno más, ni uno menos. En nosotros está el aprovecharlo como deseemos.

1 comentario:

  1. Muy bonito ^_^ Lo importante es que tú seas feliz. Ya sea dedicándote tiempo a ti, dedicándole tiempo a los demás, o a las nutrias. Un beso y a seguir feliz por mucho tiempo :)

    ResponderEliminar