jueves, 31 de enero de 2013

Papeles Cambiados

La semana pasada un antiguo profesor de la universidad me llamó para pedirme un favor. Hacía un tiempo que no sabía nada de él y su oferta me resultó atractiva. Me pidió que le ayudase a vigilar un examen hoy. Me llamaba mucho la atención estar al otro lado, ver las caras de los pobres alumnos temerosos ante un mi presencia. Así pues acepté la propuesta y esta mañana muy temprano me levanté para dirigirme a la universidad. Mi primer pensamiento al despertarme fue: "¿qué carajos me pongo?" Mis dudas se hicieron de tal calibre que se lo pregunté a una amiga y su respuesta me hizo sonreír a las 8 de la mañana, "ve desnuda, verás que sensación causas". Si no fuera porque tengo que caminar durante media hora y a esas horas hace fresquete igual hasta me lo pensaba...
Decidí pasar desapercibida, tacones fuera, vaqueros y ropa de abrigo. Muy "casual" versión examen. Por el camino iba pensando qué caras debía poner. No sabía si debía ponerme muy seria, pasear por los pasillos con los brazos cruzados, sonreír a los alumnos, regañarles si veía algún movimiento extraño... todo era un mar de dudas.
Cuando yo era alumna mi mayor preocupación cuando no me sabía un examen era situarme estratégicamente en la parte interior de la fila para en caso de tener que sacar alguna "chuleta" que no me vieran y/o poder reaccionar rápidamente.
Al llegar, lo primero que he visto ha sido que todo estaba igual como la última vez que la dejé. Un chaval con chaqueta azul se me ha quedado mirando cuando me ha visto hablar con mi profesor. He reparado en él, en su curiosidad, y me ha gustado. He acompañado al profesor al despacho para imprimir el examen, luego hemos hecho las copias pertinentes y hemos recogido las hojas de examen para los alumnos. Por los pasillos ya empezaban a hacerse corrillos de gente nerviosa, unos riendo, otros repasando con ansiedad y un grupo de chinos que hablaban entre ellos. Por primera vez me he dado cuenta de que la universidad desde que yo la había dejado se estaba globalizando. Entonces he afinado el oído y he sonreído al escuchar los primeros comentarios sobre quién sería yo.
Nadie se esperaba que el profesor llegase acompañado, quizás he destruido las ilusiones de algunos por querer copiar, o quizás ha sido simplemente mera sorpresa pero los cuchicheos no paraban. Dentro de mi me imaginaba a mi misma en ese lado del barco, cuando yo estaba con mis compañeros y el profesor venía acompañado por alguien que desconocíamos siempre decíamos "mira, el profe se ha traído al ligue de turno para luego llevársela al despacho". Y cuando escuchaba los murmullos, por dentro de mi no podía nada mas que sonreír de pensar que alguno de ellos estuviera comentando algo así.
Los alumnos han ido pasando y los hemos ido situando, a los más "conflictivos" los hemos separado y a los alumnos chinos los hemos colocado separados por si acaso se mandaban simbolitos extraños, ¡a ver cómo demuestras que eso es una chuleta! Aunque ellos traían unos aparatitos que he supuesto serían traductores y a saber qué escriben ahí claro.
La primera hora la he pasado muy tranquila, mirándoles atentamente pero sin llegar a fijar la mirada en ninguno, salvo en los que veía que hacían gestos extraños. Recordaba como cuando paseaban cerca de mi los profesores y se paraban a fijarse en mi examen me atacaba de los nervios y dejaba de escribir, por eso no lo he hecho hoy. Entonces he podido observar muchos gestos, gestos que antes me pasaban desapercibidos. Ves exactamente cuáles son las personas que realmente se lo saben, cuáles son los que dudan, cuáles los que no tienen ni idea y cuáles los que vienen a pasar el rato.
Yo antes me preguntaba cómo era posible que un profesor supiera con sólo mirarnos quiénes nos sabíamos el temario y quiénes pasábamos del tema completamente. Hoy me he dado cuenta.
Al final del examen he ido recogiendo y preguntando a algunos qué tal, sonreían tímidamente diciendo: "buenoooo espero que bien".

Ha sido una sensación increíble, la verdad. Y cuando hemos recogido todo hemos ido a la cafetería a tomar algo, y entonces he vuelto a ver al chico de chaqueta azul. Hablaba con dos chicas. De nuevo he reparado en su mirada. Al salir, una de las chicas ha parado a mi profesor preguntando por un tema de las clases. Cuando hemos salido de la universidad le he preguntado a mi profesor quién era ese chico tan guapo que estaba con esa chica que le había hablado. ¿Son alumnos tuyos? Pues resulta que no, que eran profesores de otra carrera... y entonces por un momento me he visto envuelta por ese halo de curiosidad por conocer quién sería ese profesor de ojos azules y mirada penetrante. De momento sólo he podido descubrir su nombre y la asignatura en la que imparte clase.
Quien sabe si el día de mañana me da por hacer otra carrera...

Mi consejo de hoy: Cuando necesitéis saber cómo se siente una persona, no dudéis en poneros en su lugar. El tener una visión amplia de las situaciones, el estar a ambos lados, puede hacer que os deis cuenta de detalles que quizás pasarían desapercibidos.




4 comentarios:

  1. Analíticaa e interesante proclamación en favor "del uso"de la tan sabía empatía.
    Me gusta mucho,la versatílidad de tu escritura.
    Buen día el tuyo,eso está muy,pero muy bien,nena¡¡¡
    Como siempre...un placer.
    Mas besos de mojitos,Caracola.

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  2. Me voy a emborrachar, no te digo nada...

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  3. Ay, que tiempos me has hecho revivir.....aquellos laaaargos exámenes de contabilidad.....eternos (sobre todo cuando no te enteras de lo que tienes delante). Que mal profesor teníamos!!! En 3º llegó el nuevo y todo era coser y cantar. En este punto recuero esa canción de Fito, que dice: "....el colegio poco me enseñó. Si es por el maestro....nunca aprendo.....". Por cierto, el chico de la chaqueta azul.....el cartero.....estás dejando demasiados frentes abiertos. Kiss.

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  4. Mi madre siempre dice aquello de: "La señorita que tiene dos novios no es tonta sino entendida, si se le apaga una vela la otra le queda encendida". Ante la sabiduría de madre no hay nada más que objetar jajaja Y sobre los examenes y demás...qué razón. Este era de economía internacional, pero los de contabilidad si que eran muerte y destrucción. Un besazo.

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