martes, 14 de enero de 2014

Resaca Gripal

Estar una semana en el dique seco a causa de una gripe recogida tras las fiestas, es lo más aburrido que me ha podido pasar estos días.
Han sido seis días con sus seis noches en los que apenas podía salir de la cama. Mi único movimiento era de la cama al baño, de este al sofá, comer algo y vuelta a la cama.
Las noches las he pasado horriblemente puesto que me empezaba a subir la fiebre y los ataques de tos no me dejaban pegar ojo.
Durante esos días no he salido de casa. Mis ganas de ser la primera en ir a las rebajas se ha quedado en eso, en mis ganas. Y obviamente me he aburrido tanto que lo único que hacía era leer y mirar mi móvil por si alguien se acordaba de mi existencia.
Si, estar enfermo es una auténtica mierda, seamos claros. Y eso que solo es una gripe.

Sin embargo estos días me he entretenido pensando, mientras mi fiebre subía mis pensamientos se alejaban de la rutina y divagaban por otros mundos, conociendo a otras personas y sonriendo, porque no os voy a engañar, a pesar de estar bastante regulín he sonreído mucho.
Incluso podría decirse que he conocido personas que me han aportado una visión distinta en este nuevo año que comienza.

Ayer por fin salí de casa, volví a la rutina. El trabajo había que realizarse y además tenía mi visita anual con mi dermatólogo para que me echara un vistazo a mis lunares. Soy muy blanquita de piel, color Iniesta mas o menos, y en cuanto cojo algo de sol me empiezan a salir manchitas que tengo que vigilar. Podría decir que mi espalda es como un mapa del cielo lleno de constelaciones.
En un hueco me escapé al hospital y cual fue mi sorpresa que no me encontré en la lista, miraba una y otra vez y ahí no estaba. Empecé a cabrearme de porqué me pasa todo a mi cuando salió la enfermera y le comenté la situación. ¡Hay otra persona en mi lugar! Entonces la enfermera me pidió la hoja donde aparece la fecha de la cita. Martes 14 de enero de 2014.
Pedí perdón y marché con mi estupidez como bandera.
Hoy ya por fin regresé, esta vez segura de que estaba citada. Me puse mi sujetador más cuqui, que como dice mi madre "siempre que vayas al médico ponte ropa interior limpia", y llegué al hospital.

A la entrada estaba todo lleno de gente, había hasta camillas con enfermos. Supongo que la gripe este año está causando estragos. Colas interminables para pedir citaciones y demasiado ruido. Aquello parecía el Corte Inglés el primer día de rebajas pero en versión walking dead.
Me he metido entre el tumulto y he logrado acceder al ascensor, donde un cartel me indicaba que se necesitaba de forma urgente sangre de los grupos 0 Negativo y A Negativo. Yo soy positiva. Tras este pensamiento tan profundo he subido al ascensor. Dentro iba un señor con un mono y una caja de herramientas. He visto la etiqueta y era el del ascensor. ¡Qué bien! Si se va la luz al menos tengo la solución dentro. Pero era un tanto extraño y nada agradable a la vista.

Al llegar solo había una persona delante de mi. De pronto han llegado un par de ancianos. ¿Por qué hora va? Las 12:20, ¿qué hora tienen Uds? Las 11. Es que venimos del pueblo y nos ha traído mi hijo y claro... bla bla bla bla bla .... bla bla bla bla .... pues no me importaría dejarles pasar pero es que total yo soy la última osea que tampoco tienen que esperar tanto.

Cuando he entrado a la consulta mi querido doctor que es parecido a Harry Potter pero en versión gay me ha dicho que me sentara. Ha mirado mi ficha en el ordenador y rápidamente me ha dicho que me desnudara y fuera a la camilla. Todo esto sería una bonita situación si el doctor fuera Noah Wyle y no hubiera una enfermera vieja y la residente panchita de turno mirándome. Y ahí estaba yo, haciendo un striptease cuando de repente el médico abre la puerta y dice: "voy al baño, ahora vuelvo". Y me he quedado con los ojos como platos tapándome las tetas hasta que la enfermera ha venido y me ha corrido una especie de cortinilla para que no hiciera de mi visita una fiesta pública.

Al cabo de apenas dos minutos el médico ha regresado, me ha mirado la espalda atentamente mientras le comentaba a su "becaria" la forma de mis manchas y me preguntaba si me había notado un crecimiento anormal en alguna. Pues verá doctor, tengo una que me molesta un poco, porque me roza justo con el pantalón y ... Te tendrás que aguantar porque ahí cicatriza muy mal. ¿Y esta otra que tengo aquí que es un poco fea doctor? Si, algo verrugosa, pero si no te molesta es mas bonita que una cicatriz, te lo aseguro.
Venga vale, pues nada. Me vuelvo a sentar mientras rellena en su ordenador el parte y me manda cita para dentro de un año. Entonces me quedo mirando a su mesa y veo una especie de botella con un tubo muy extraño. Dado que era una consulta de dermatología he atado cabos y he preguntado: ¿ese chisme es para las verrugas? Si, para quemarlas. Pues verá doctor, es que tengo una chiquitita aquí junto a la tetilla que me molesta .. mire a ver si...
Otra vez a desnudarse y acto seguido me mira y dice, ¡venga que te la quito! Y ahí me ha enchufado el tubo por el que salía un líquido muy frío y me ha criogenizado la mini verruguita. ¡Pues ya está! Esto en unos días se te ha quitado, te lo limpias con agua oxigenada o betadine y listo.

Y así me he ido, con mi mapa constelar a la espalda y mi mini verruguita de tetilla congelada a la espera de perderse en algún lugar de mi jersey.

En fin, cosas  que pasan...

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