martes, 30 de abril de 2013

Cartas Olvidadas

Estos días parece que ha regresado el invierno, volvemos a ver temperaturas bajo cero e incluso la nieve oculta de nuevo carreteras creando estampas navideñas.
Hace muy poco empezaba a ver las flores y sonreía con los primeros rayos de sol que hacían posible que fuésemos mas ligeros de ropa.
Pero en ocasiones esos rayos solo son ilusiones fallidas, y en estos días de lluvia y frío muchos corazones a mi alrededor han regresado a su invierno mas cruel.

Tengo una amiga que viene de una relación larga, últimamente anda muy pensativa sobre qué hacer con su vida tras haber dejado a su pareja. Tras unas semanas iniciales de confusión y locura, después de unos meses se ha dado cuenta que añora eso que tuvo.
Hace unos días quedé con ella para tomar algo y me contó la historia de sus abuelos. Me dijo que estaba paseando su abuela con unas amigas cuando de pronto se cruzó su abuelo y le dijo: te doy de aquí hasta el final del camino para que te pienses si quieres estar conmigo.
Por lo visto ella accedió y muchos años después esos paseos los siguen dando juntos cada día, apoyándose el uno en el otro.
Me llamó mucho la atención esa historia y dentro de mi soñaba con algo así. Me da un poco de envidia, o por qué no decirlo...me da mucha envidia esas relaciones de antaño, donde casi sin apenas conocerte te casabas y los problemas que iban surgiendo se iban solventando como se podía.
Quizás ahora no aguantamos nada, queremos que se nos cuide, que nos protejan, que nos adoren, que nos ayuden y un largo etcétera al que se le une nuestros principios (intocables por supuesto), nuestra libertad, nuestro carácter y el que las cosas vayan a nuestro gusto y forma de ver.
Es muy difícil compaginar todo lo que queremos con el mundo real y es por eso que nos cuesta tanto encontrar una pareja adecuada a nosotros. Si a todo eso le unimos un físico aceptable, una inteligencia importante, un trabajo adecuado y un saber estar correcto...lo que nos queda es mas bien poco.

Siempre dije que yo tenía todo eso, me alegraba ser una privilegiada en ese aspecto, de soñar despierta cada día. Pero por razones inexplicables del destino, a veces las cosas cambian, y dado que nuestra sociedad lo único que hace al respecto es evolucionar, siempre nos compramos un electrodoméstico nuevo porque nos dicen que nos sale mas caro arreglar el estropeado, llegamos a conclusiones nefastas en algunos casos.
Yo siempre fui de arreglar las cosas, de luchar hasta la extenuación, y lo digo literalmente, en cada problema que surge. Sin embargo hay personas aleccionadas de tal forma que se cierran en banda y no consiguen ver sueños sino pesadillas.

Esta misma semana vi en la televisión una noticia que me gustó muchísimo. Parece ser que en una casa de Toledo habían encontrado una carta de amor datada en el año 1700. Mientras la historia penetraba en mi yo me imaginaba al tal D. Alfonso Vargas escribiéndola y al mismo tiempo a Dña. María de Sierra leyéndola a escondidas de ojos ajenos y posteriormente enterrándola entre los muros de la casa.


Hoy, y tras haber tenido largas conversaciones sobre amoríos estos días, me pregunto si algún día esas cartas que escribimos y no enviamos por miedo a que su receptor nos hiciera daño, serán encontradas. Seguramente yo tenga unas cuantas, que por no querer mandarlas las fui dejando en algún sitio que hoy no recuerdo para intentar olvidar.

Quizás deberíamos ser mas atrevidos, lanzarnos y decir todo aquello que se nos pase por la mente, no creáis que yo no lo he sido, fue mas bien al contrario, tuve que dejar de hacerlo para no hacerme mas daño a mi misma. Sin embargo y a pesar de todo el daño sufrido aprendes que en ocasiones hay que quemarse para sentir que estás vivo.
Las cartas que no se mandan, las letras que no se escriben, las palabras que no se dicen... lo único que hacen es que seamos débiles con nosotros mismos.
No voy a dar consejos, cada cual debe actuar según su forma de ser y afrontar sus propias consecuencias, sin embargo todos debemos saber que enfrentarnos a algo que realmente queremos nos hace ser fuertes, atrevidos y quizás obtener algo que de no haberlo hecho no sabríamos si es posible.

En el caso de que algo suceda que nos lleve a una derrota, recordad siempre que tan solo fue una pequeña batalla, porque la guerra no siempre está perdida.
A los que desisten en la lucha y se marchan cabizbajos, decir que hoy en día de amor ya no se muere, quizás hay momentos en que así lo creemos. Yo misma he llegado a despertarme muchas mañanas sin apenas poder respirar y con la almohada empapada en lágrimas, pero sale el sol y las risas continúan siempre.


Por esta razón, luchad, vivid, soñad... y cuando estéis realmente preparados abrid las puertas de ese gran corazón de par en par, porque no se sabe cuándo alguien puede anidar en él.


2 comentarios:

  1. Querida Gemma, cuanta razon tienes. Siempre hay que luchar y, sobre todo, si se trata de amor. Hoy aguantamos poco y a la mínima cogemos la puerta y nos marchamos. El vivir con una pareja no es un camino de rosas. Creo que si fuera así, también nos llegaríamos a separar por aburrimiento. Estamos en una sociedad muy egoista y anteponemos nuestros intereses, por defecto, antes que los de los demás. Sin darnos cuenta que los de los demás, pueden ser nuestros también en un futuro. Es como lo de tener hijos. Primero queremos estudiar, lógico. Luego encontrar trabajo, hoy en día jodido va. Luego casarnos. Después tener una casita. Amueblarla. Y cuando, con cuarenta y pico tenemos la vida a andar, nos acordamos que queremos también un hijo. Son cosas que nunca he entendido. Hay que luchar siempre por el amor. Por cualquier clase de amor. Porque cualquiera nos hace bien. En cuanto a lo de los electrodomésticos........ufff, me coges en un momento de cabreo. La aspiradora hace unas semanas que que empezó a ir mal. La semana pasada, después de intentar e intentar arreglarla la hemos tenido que dar por siniestro total. Y anoche, cuando le voy a hacer el leche a Samuel, saco la taza del microondas tal y como la metí. Funciona perfectamente pero no calienta. Grrrrrrr. Según lo que miré por internet, puede costar casi tanto el arreglo como el microondas.....y sólo tiene 4 años!!! El anterior me duró muchísimo más. Doce años y por que lo reventé intentando cocer un huevo en él, jajajajajaja. No veas el susto que pillé y como me puso toda la cocina........ Así que ya ves que panorama tengo por delante. Un beso muy grande amiga. Lucha por lo que quieres y, sobre todo, sé feliz. Kiss.

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    1. No puedo estar mas de acuerdo con tus palabras Sonia, esa lucha incansable... una nunca sabe en qué momento hay que dejar de luchar por algo en lo que crees. Hace un tiempo igual me hubiera respondido a mi misma que nunca, pero hoy ya no estoy tan segura de ello.
      Respecto a los electrodomésticos... no puedo parar de reírme! Solo tú (bueno, y mi tía también rompió uno asi) se te ocurre cocer un huevo dentro...si es que pocas cosas te pasan para lo burra que eres jajajaja Con todo el cariño eh!
      Un besito muy muy grande y gracias por tu comentario, me alegra mucho leerte siempre.

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