lunes, 17 de marzo de 2014

Quijotadas

Hay días que suceden cosas inesperadas y que te hacen sentirte tremendamente feliz. Y hoy a pesar de ser un lunes cualquiera ha sido uno de esos días.

Este fin de semana me vine al pueblo a ver los carnavales y pasar unos días con la familia, que desde Navidad no había venido por aquí, y siempre pasa lo mismo, que llegas y todo el mundo te saluda como si hiciera años que no te ve, y las vecinas te ponen al día de las bodas que se van a celebrar y de las separaciones que ha habido mientras te preguntan que tú para cuando te casas y ensalzan tu cuerpo serrano. De hecho el domingo una hasta incluso me toqueteó el culo varias veces, que tuve que decir: si, mi culo sigue igual de redondo que siempre.

Esta mañana y aprovechando que estoy por aquí, todas mis tías se han reunido para darme las libretas de los bancos y que vaya a reclamar comisiones, hacer la PAC, poner al día las libretas, contratar nuevos productos... vamos, que como soy ex banquera pues yo tengo que solucionar todo de cuando en cuando. Así pues, con unas 5 libretas en el bolso he salido a la calle a recorrerme las oficinas. He hecho la PAC a mi madre, he conseguido quitar un par de comisiones, he puesto al día libretas que estaban desde el año pasado sin actualizar, he hecho un par de ingresos y cuando a eso de las 12 de la mañana ya regresaba a mi casa me he encontrado con un chico de mi edad por la calle. Me ha parado y me ha preguntado si sabía dónde había una tienda de informática. Yo como vengo poco por el pueblo no he sabido decirle ninguna, de hecho dudaba que hubiera alguna, pero como era tan guapo me he implicado un poco más y le he preguntado qué buscaba ya que le veía un poco inquieto.
Me ha comentado que buscaba un cargador de coche para el móvil, se le estaba quedando sin batería y estaba de paso por el pueblo y lo necesitaba de forma urgente.
Yo me he ofrecido a acompañarle a un par de tiendas de electrodomésticos que conocía y estaban cerca. Él me ha dado las gracias  y por el camino hemos ido charlando.
Por lo visto era representante de una marca de medicamentos y estaba por la zona visitando las farmacias. Solía llevar dos baterías de móvil pero precisamente hoy se le había olvidado y entre que tenía que consultar varias cosas por internet y las llamadas tenía el móvil al 5% de batería.
Al llegar a los sitios que yo le había indicado la respuesta ha sido negativa, no vendían cargadores de móviles, sí móviles pero no cargadores sueltos. Y puesto que aquí no hay ninguna tienda de ninguna compañía telefónica pues la cosa estaba chunga. Me ha dicho que tendría que irse al pueblo de al lado a probar suerte y entonces se me ha ocurrido una genial idea.
Como los cargadores de los smartphones son universales le he ofrecido ir a tomar un café y yo le prestaba el mío. He supuesto que sería mucho más fácil encontrar un enchufe en una cafetería que un cargador de coche en una tienda.
Me ha mirado un tanto extrañado y entonces me ha pedido mi móvil para hacer una llamada. Se lo he dejado y ha llamado a su jefe diciendo que había tenido unos retrasos y tenía que quedarse hasta la hora de comer por aquí. Yo he sonreído y mientras hablaba me he puesto a pensar muy rápido qué iba a decir en mi casa.
Acto seguido le he dicho que me esperase en la cafetería que iba a por el cargador y volvía. He ido corriendo a mi casa, he dicho a mi madre que una amiga que se casa este año me había invitado a comer para contarme los detalles de los preparativos de la boda, he cogido el cargador y me he largado. Al llegar a la cafetería me lo he encontrado sentado en una mesa hojeando unos papeles. Me he sentado y he pedido un café con leche. Me ha preguntado si quería tomar algo, unas magdalenas o cualquier otra cosa, he dicho que no pero he aceptado la invitación del café. Hemos puesto su móvil a cargar en un rinconcito del local y hemos estado hablando un buen rato. Yo pensaba que se iba a ir pero me ha dicho que puesto que ya casi era la hora de comer y tenía que parar en algún pueblo ya le daba lo mismo quedarse aquí y puesto que yo conocía el pueblo seguro le sabría indicar dónde se comía bien. He estado a punto de decirle que en mi casa, pero obviamente con toda mi familia pululando no era muy lógico. Entonces me ha propuesto que me fuera a comer con él, como había sido tan generosa con el tema del cargador, con lo que se ahorraba en comprarse uno me invitaba a comer. Yo como ya lo había previsto he dicho que si y hemos ido a un sitio que me gusta mucho.
Al llegar nos hemos sentado en una mesa y hemos conectado de nuevo su móvil a la luz para que se terminase de cargar. Ha cogido la carta y mi sorpresa ha sido cuando ha pedido un revuelto de brócoli con setas y bacon. He estado a punto de hacerle la ola y ponerme a reír como una loca pero me he comportado y he pedido unas migas, si yo, la loca del brócoli ha pedido migas en lugar de brócoli. Durante la comida hemos hablado de todo un poco, él me ha contado más cosas suyas que yo de mi misma y me ha gustado pese a que la mayoría de la conversación giraba en torno al trabajo.
Cuando ha pedido el postre, tarta de chocolate, me ha dicho que la compartiera con él y yo casi me caigo de espaldas.
Todo era demasiado perfecto... hasta que su móvil ya cargado ha empezado a sonar.
Un "hola cariño" me ha hecho despertar de mi sueño, no era lógico llamar cariño a tu jefe, ni tan siquiera a tu madre o algún familiar, o no al menos en el tono en el que él lo hacía. Debía ser su pareja. Le preguntaba sobre qué hora iba a volver y qué tal llevaba el día.
En ese momento me he reído. A ver Gem, eres tú, no tienes suerte ni en el juego ni en el amor y eso es así. Esta vez no iba a ser diferente. Has pasado un rato agradable, te han invitado a comer y has ayudado a alguien. No hay más.
Entonces ha colgado el teléfono, me ha mirado y me ha dicho que era su mujer, acostumbraba a llamarle a la hora de la comida para preguntarle qué tal. Yo instintivamente he mirado su mano, no había alianza. Pero claro, eso hoy en día no significa nada. Él lo ha notado, y me ha visto como mi sonrisa se había apagado. Entonces me ha agradecido mucho lo que había hecho por él, me ha dado su tarjeta y me ha dicho que me acercaba hasta mi casa con el coche.
Nos hemos despedido y he dicho que prefería ir andando para bajar la comida. Y eso he hecho. He desconectado el móvil durante una hora y me he ido al parque. Mientras veía caer el sol una pequeña lágrima se me escurría por la mejilla, acto seguido una ráfaga de aire ha hecho que se me muevan los rizos y he mirado al frente. La figura del Hidalgo se erigía ante mi y secándome las lágrimas he sonreído.


He mirado a Don Quijote y he recordado sus locuras y como se empecinaba en luchar contra los molinos sin que nada le parase. Siempre he sido una Quijota y esto sólo había sido una aventura más. Me quedo con una de las frases que dijo Cervantes:
"Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades."

4 comentarios:

  1. Ay, Gem.... Gem...... A veces tan romántica........ Y es que eso muy pocas veces pasa en la vida real. Sólo sale bien en las películas, y no en todas, pero no dudes que tu príncipe azul está ahí fuera. en algún sitio esperando por ti..... o yendo en tu búsqueda. Me gusta tu forma de ser tan espontánea y ese arranque que tienes para incluso sentarte a comer con un desconocido. Yo no hubiera sido capaz y, aunque lo fuera, si encima es guapo como dices que era este, no me habrían salido las palabras durante la comida. :D Kiss.

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    1. Solo hay que echarle cara al asunto y ser espontánea es lo más divertido de ser yo. Aunque me meto en cada lío que luego...

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  2. Ay pelochita como bien te dicen eso solo sale bien en disney y en pretty woman la realidad es otra o están casados o no quieren nada o tienen tara....

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    1. Dime algo que no sepa... triste pero cierto. Ainssss qué de sufrimiento.

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