lunes, 25 de noviembre de 2013

Últimas bodas

Los últimos eventos del año han sido dos bodas, una el fin de semana anterior y otra el pasado sábado. Con esto he terminado mi odisea de 7 bodas en un año. Espero que no venga nadie diciéndome ahora que se casa en Navidad, claro.
A lo largo de la semana me han sucedido muchas cosas pero he ido dejándolo todo para el último día y ahora se me acumulan las ideas en la cabeza sobre lo acontecido.
La boda de la semana pasada fue especial, la típica boda rural donde te reencuentras con todos los familiares de nuevo, los que viven lejos y los que no sueles ver a menudo. Te quedas con la sensación de que hay algunos que no sabes si volverás a ver, al menos vivos. Parece un poco trágico pero hay veces que es cierto.
Lo bueno de estas bodas es la comida, bueno y ver a la familia claro, pero de todas las que he tenido este año ha sido la mejor. Nada de canapés minúsculos a la entrada, unos buenos platos de jamón ibérico, varias clases de queso, lomo, y cualquier tipo de cocktail que quisieras pedir.


Y un menú contundente con su plato de marisco, pescado, carne, postre y demás agasajos bebibles. Ese día hizo muchísimo frío, tanto que dentro de la Iglesia estuvimos cerca de dos horas porque éramos incapaces de salir fuera hasta que no terminaron de fotografiarse los novios.
Las bodas por la Iglesia últimamente me parecen sacadas de shows y lo cierto es que a mi me gustan pero si veis a éste buen hombre decirle al novio que tenía que decirle a su mujer cada día lo de "mi tesorooooo" con voz de Golum del Señor de los Anillos... hubo instantes que me costaba no parar de reír, pero en el fondo son anécdotas graciosas que luego los novios recordarán porque se verán en el vídeo de su boda mirándose y gesticulando mientras piensan si el cura se ha bebido el vino antes de tiempo.

Mi afán en esta boda era lucirme un poco ya que me había comprado un vestido que me gustaba mucho, durante dos semanas había estado buscando sin encontrar nada y de pronto y sin pensarlo encontré algo que me quedaba bien, con un precio justo y encima en una talla menor a la que acostumbro a usar, lo cual te hace sentirte estupenda. Cuando salí de mi casa con el vestido y arreglada mis tías y mi madre no paraban de echarme piropos y decirme que si no ligaba hoy ya lo tendría difícil.
Y con ese sentimiento de sentirte bella y esplendorosa aun no habiéndote arreglado en demasía, sales a la calle contoneándote y es cuando el tiempo te destroza el peinado y el viaje en coche hasta el lugar de la celebración te arruga el vestuario. Así pues cuando llegué a la comida parecía sacada de un túnel de lavado. Hice lo que pude y me compuse un poco en el baño, pero como acostumbro a decir... de donde no hay no se puede sacar. Y es que yo siempre pienso de mi que no estoy nada mal, pero si me cogiera un estilista, peluquero y maquillador profesional sería un auténtico bellezón, aunque para lo poco que me arreglo y en cinco minutos pues voy tirando.
Entonces nada mas llegar al salón le vi, un chico altísimo, rubio y de ojos claros que sobresalía por encima de los demás. Creo que me enamoré al instante pero al ir con mis padres, tías y familia al completo me daba cierto reparo el acercarme. Le observé antes de sentarnos a la mesa y me pareció ver que no iba con nadie, lo cual me alegró, pero era obvio que un chico como ese no debía estar solo. Cuando fui a pedirme mi Martini Rosso a la barra me lo encontré. Yo estaba con una prima que era de allí y le pregunté si le conocía de algo, me dijo que no pero acto seguido y tras ver mi interés ella preguntó al chico que estaba a nuestro lado. El cual nos dijo como se llamaba y que estaba soltero. Datos mas que suficientes para iniciar una conversación. Entonces me lo presentaron. Yo con mi tacón de unos 10 cms no hizo falta que tuviera que empinarme para darle dos besos y decirle algo así como "oye, cuando quieras nos echamos un bailecito". Vale, lo sé, muy cutre, muy pueblerino, pero el ambiente y el no esperar encontrarme con alguien así no me estimuló ninguna frase de película con la que conquistarle. Claro, ante aquel engendro que era yo en ese momento, el chico no pudo mas que sonreír y alejarse tímidamente, pero yo ya estaba contenta.
A lo largo de la comida fueron continuas risas a cargo de la mas cachonda de mi familia, mi tía a la que yo llamo con cariño la cabra loca. Ella es capaz de ligar con el DJ antes de empezar el baile, o de preguntarle al cura invitado también a la comida su edad porque decía parecerle muy majo y joven. O frases tales como la que cuando al servirnos el postre, que era una especie de natillas con galleta y encima una bola de helado, dijo al ver pasar a la camarera que iba poniendo chocolate blanco derretido encima del helado sin cortarse ni un pelo: "¿esto es semen verdad?" Pues si, esa es mi tía.


Durante el baile lo pasé en grande, nos divertimos mucho y aunque me crucé varias veces con mi príncipe rubio, no hubo ningún otro contacto hasta que salí fuera a ver donde estaba mi padre. Entonces me lo encontré sentado fuera del salón de baile junto al chico guapo. Mi sorpresa fue mayúscula, ambos, mi padre y el chico, en el mismo sillón sin dirigirse la palabra, simplemente descansando uno y el otro aburrido.
Yo empecé a hablar con mi padre mientras él miraba de reojo y fue entonces cuando apareció mi tía revolucionándolo todo de nuevo. Cogió al chico por banda y le sometió a un tercer grado, lo único que le faltó preguntar fue su número de teléfono y si tenía twitter. En ese momento me dio tanta vergüenza que me quedé sin saber qué hacer o decir y simplemente me la llevé de allí y pedimos otra copa.
No se qué pensaría de mi, pero al menos de mi familia creo que ya tuvo suficiente. Y terminó la velada así, sin más, yo acabé ligando con un ex pretendiente de 50 y tantos de mi otra tía que decía tener un hijo de mi edad y querer presentármelo. Con esa excusa me pidió mi teléfono varias veces y yo me limité a apremiar al camarero para que terminase de servirme mientras le veía sonreír tras los hielos.

A raiz de todo lo que pasó en la boda, esta semana me ha dado por pensar en mis reacciones frente al género masculino. Hubo alguien que me dijo que me faltaba chispa y que debería recibir clases de seducción. Comentario que tuvo sus consecuencias, sin embargo una parte de mi sabía que aunque no tenía nada de razón, lo que pasaba es que había sufrido un cambio de unos meses a esta parte. Mi forma de actuar es muy diferente a como solía ser antes, con las mujeres no me pasa pues me comporto tal cual soy ajena a ningún tipo de miedo o sin tener que pensar las cosas dos veces, pero con los hombres no me pasa. y aquella chica que con 25 años se comía el mundo y gesticulaba y hablaba como si el ligotear fuese intrínseco en ella, 5 años después está apagada y sin ganas.

Me duele que algo que tantas veces me han dicho acerca de mi forma de ser y la chispa que llevo dentro se haya ido apagando poco a poco por el sufrimiento y las puñaladas traperas al corazón. A mi que me decían que tenía mas chispa que la coca cola y que era capaz de resucitar a un muerto bailándole lo que me pusieran... ¿dónde quedó esa persona? Muchas veces me lo pregunto.
Hay días que la veo en el espejo, pero la mayoría de las veces no la encuentro. Mis amigas dicen que está ahí, que la deje salir, que necesita respirar, pero quizás yo no quiera hacerlo. Es complicado.


Pero ya se terminaron las bodas por este año, ya vuelvo a ser yo, la de la rutina de cada día, la que sin buscar nada lo encuentra. Simple y llanamente Gema, la de antes, la de ahora... la de siempre.


2 comentarios:

  1. Madre mía!!! Siete bodas en un año?? Espero que no me toque a mi semejante odisea. Tendría que elegir muy bien a cual ir o no ir a ninguna. Enhorabuena por conseguir superarlas!!! En cuanto a lo que dices de como eres, es exactamente como te percibo al leerte. Quizás lo de las puñaladas en tu corazón te hace ponerte esa coraza delante de los chicos que te pueden gustar más allá de un "buenos días", así que sólo tienes que relajarte y vivir. Si, claro, supongo que para mi es fácil decirlo, ya sabes, todos damos buenos consejos a los enfermos cuando estamos sanos, pero de verdad, no te encierres en ti misma. Con esa gran autoestima que tienes, p'alante!!! Y mira, como último apunte preguntarte, tú nunca has venido a una boda a Galicia, no? A una de esas de antaño (sobre todo en las zonas costeras) y que se están perdiendo por culpa de la "nouvelle cuisine"..... Si la respuesta es negativa, créeme, entonces no sabes lo que es una gran boda con un menú más que contundente!!

    P.D. Y tus fotos con los siete modelitos? :P

    Kiss.

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    1. Pues mira, cuando me case con tu hijo celebramos la boda en la costa y así me entero a lo grande de cómo son las bodas gallegas, ¿te parece? jejejeje
      Los siete modelitos no fueron tantos ya que repetí en varias ocasiones, no está el horno para tantos bollos, y no he puesto foto en esta porque no me gustó ninguna especialmente ya que las hizo mi madre, y claro, es lo que tiene, todas desenfocadas y yo con cara de malas pulgas diciendo cómo debe poner la cámara.
      El corazón lo dejaremos tranquilito un tiempo, mas si cabe. Un abrazo Sonia!

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