martes, 12 de agosto de 2014

Superluna

Estas noches de agosto tenemos varios fenómenos en el cielo que quieren captar nuestra atención, la superluna y las perseidas nos intentan atrapar para que no paremos de mirar hacia arriba y soñemos mientras pedimos deseos sin saber dónde irán.
No voy a explicar el origen de estos acontecimientos astronómicos que para eso está Don Google que lo sabe mejor que yo, pero sí quiero contar lo que a mi me produce ver una luna tan grande o pedir un deseo a una estrella.
Llevo un par de noches saliendo al patio de mi casa, que es particular cuando llueve y se moja como los demás, para intentar ver algo que alimente mis esperanzas.
Lo cierto es que cuando tú eres la única que deseas verlo, la ilusión va muriendo poco a poco cuando no llega aquello que esperas. Y entonces te decides a ir a la montaña e intentar bajar la luna o alcanzar esa estrella que no llega, pero acabas visualizando un mar creado por tus propias lágrimas.
Sigues pensando en cómo ha sucedido, en el porqué de los cambios y entonces te sale la bruja que llevas dentro e investigas en el poder de atracción de la luna.

Cuando nos conocimos, el día despuntó a las 6:50 y se puso a las 21:48. No vimos amanecer ni anochecer porque todo nos pilló desprevenidos, sin embargo ese día hubo luna creciente, una luna que vio como me agarrabas de la mano o me dabas pequeños besos a hurtadillas. Según se cuenta, esta fase lunar es perfecta para avivar recuerdos, reiterar lo que se quiere y avanzar con determinación. También se dice que lo que se piense que será un hecho se materializará, solo que puede ser de corta duración.

La siguiente vez que nos vimos había luna llena, y lo curioso es que no me he dado cuenta hasta ahora. Se dice que cuando la luna está llena todo lo que se planeó en tiempos pasados llega a su tope máximo y aquello de lo que no se saque resultados no dará frutos con el paso del tiempo. ¿Inquietante verdad?

El día que nos despedimos había luna nueva, y según mis investigaciones es en esta etapa cuando renacen sentimientos y se toman decisiones. Por lo visto hay una fuerza renovadora que brinda la oportunidad de romper aquello que proviene del pasado o dar un nuevo giro al presente. Sin embargo las decisiones que en esta luna se tomen serán efímeras y pueden carecer de suficiente solidez.

Y tras leer toda esta absurda y verdadera gilipollez y quedarme más ancha que larga, he llegado a la conclusión de que yo ya estaba advertida pero no te hice caso, y si no te lo hice a ti como para hacérselo a la luna. Porque a veces te obcecas en algo y no ves más allá, pero cuando miras hacia arriba y de repente ves una perseida y corres a pedir un deseo te das cuenta que quizás alguien pueda estar pidiendo ese mismo deseo e incluso pueda estar viendo esa misma estrella a 613 km de distancia de donde tú estás.
Entonces abres los ojos y lo que creías era una estrella fugaz resulta ser un avión con destino desconocido que se lleva tu deseo, vuelves a cerrar los ojos y cuando los abres de nuevo la luna ahora es diferente, ha cambiado de color y tiene un cierto aspecto rojizo.


Y entonces sonríes, ya no estás sola. Tu vecino acaba de dar las luces de la piscina y ha puesto el disco de Mónica Naranjo a todo trapo mientras prepara la barbacoa nocturna. Tu tía aparece en la escena con sus cinco perros a cada cual más escandaloso y te empieza a contar que hace tanto calor que hoy lleva todo el día sin ponerse el sujetador. A esa historia continúa otra diciendo que ella siempre mira al cielo cuando va a sacar a los perros por si ve algún satélite o algo extraño y que una vez creyó ver un ovni pero que no sabía si era eso o un avión.
Cuando consigo quedarme a solas, pero con la música de Mónica de fondo, e intento seguir escribiendo oigo a mi madre gritar que ya está la cena. En ese espacio de tiempo mi tía vuelve para comunicarme que hoy dormirá sola porque su marido tiene que arreglar algo en la huerta y que esta madrugada se quedará conmigo viendo las perseidas, a ver si con suerte ve una y pide un marido nuevo joven y rico (palabras textuales).

Y yo pues aqui sigo, echándome unas risas y pensando en que quizás hoy podría estar en otro sitio pero que sin embargo estoy aquí, escuchando historias locas, amando la vida y tratando de entender el amor como bien diría Mónica en su canción.

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